Bélgica, donde la policía detuvo a siete personas relacionadas con los atentados del viernes en París, se ha convertido en unas de las bases para los islamistas radicales, a pesar de los esfuerzos para erradicar ese fenómeno.

Dos franceses que residieron en Bélgica, uno de ellos en Molenbeek -un barrio de Bruselas considerado como un refugio yihadista- fueron identificados como “algunos de los autores” de los ataques del viernes en París “fallecidos” en el lugar de los hechos, indicó este domingo la fiscalía belga en un comunicado.

Por otra parte, la justicia belga emitió una orden de detención internacional contra un hombre sospechoso de haber participado con dos de sus hermanos en los mortíferos atentados de París.

El sospechoso es Salah Abdeslam, de 26 años, un hombre considerado “peligroso” y que residía en Molenbeek. Su hermano, Mohamed, fue arrestado el sábado en plena calle en ese barrio popular de Bruselas cuando regresaba de París. El tercer hermano, Ibrahim, habría muerto haciéndose estallar cerca de un café parisino el viernes.

Los investigadores lograron llegar hasta la pista de estos tres hermanos gracias a “dos vehículos matriculados en Bélgica”, aparcados cerca de la sala de conciertos parisina Bataclan, donde murieron 89 personas, y en los suburbios de París, de acuerdo a la fiscalía belga. “Ambos coches fueron alquilados a inicios de semana en la región de Bruselas”, precisó.

Bélgica, un país de 11 millones de habitantes es el Estado europeo con el mayor número de combatientes yihadistas en Siria o Irak, con relación a su población.

Los servicios de inteligencia identificaron a 494 “yihadistas belgas”, de los cuales 272 están Siria o Irak, 75 habrían muerto, 134 regresaron a Bélgica y 13 estarían volviendo a su país.

“Europa sin fronteras”

Llama la atención que Bélgica siga siendo un lugar relativamente seguro para los yihadistas, pese al endurecimiento de su legislación antiterrorista y al desmantelamiento de redes de reclutamiento y de células terroristas desde los años 1990.

“Europa ya no tiene fronteras, así que es normal que ellos (los autores de atentados) también lo aprovechen. Pero hay que procurar que ya no seamos una base para los que van a hacer la guerra en Europa”
, declaró el domingo el burgomaestre (alcalde) de Bruselas, Yvan Mayeur.

Un municipio de las afueras de Bruselas, Molenbeek-Saint-Jean, está en el ojo del huracán debido a una minoría de activistas radicales que se esconden en la importante comunidad musulmana.

“Entre esa minoría, hay figuras conocidas a nivel europeo que atraen a gente, un poco como podía hacerlo el ‘Londonistán’”, a principios de los años 2000, explicó a la AFP un analista especializado en cuestiones de terrorismo, Claude Moniquet.

“Compruebo que casi siempre hay un vínculo con Molenbeek, que hay un problema gigantesco. En los últimos meses, se tomaron muchas iniciativas en la lucha contra la radicalización, pero también se necesita más represión”, reconoció este domingo el primer ministro, Charles Michel, en la televisión belga VRT.

“Vamos a trabajar de forma intensa con las autoridades locales. El gobierno federal está dispuesto a proporcionar más medios para mejorar la situación en el terreno, en todo el país y en los lugares en los que hay problemas”, prometió.

“Limpieza”

El ministro del Interior belga, Jan Jambon, prometió una “limpieza” en ese barrio popular de Bruselas.

El gobierno belga presentará esta semana un “plan de acción” para Molenbeek, pero se desconocen detalles. “No pienso que con medidas ‘suaves’ se pueda resolver el problema”, advirtió Jambon.

En total, la policía ha arrestado desde el sábado a siete personas en Bélgica, de las cuales al menos cinco en Molenbeek, en relación con los atentados en París. También se realizaron una serie de registros en varios domicilios en este mismo barrio.

El hombre que asesinó al comandante Masud en Afganistán en 2001 había vivido en Molenbeek, al igual que Hasan El Haski, uno de los instigadores de los atentados que dejaron 191 muertos y 1.800 heridos en Madrid en 2004, o Mehdi Nemuche, el supuesto autor del ataque contra el museo judío de Bruselas en mayo de 2014.

Ayub El Jazzani, que en agosto intentó atacar un tren en Francia, también se hospedó en esa localidad, en casa de su hermana.

“En algunos barrios, la población es muy densa, compuesta en un 80% por personas de origen magrebí. El anonimato es muy sencillo para la gente de paso que tiene malas intenciones”, explicó Schepmans al diario belga La Dernière Heure. “Llegan a barrios” que son terreno abonado para la radicalización, añadió.

Este domingo, no se percibían tensiones en Molenbeek, donde patrullaba la policía, según un fotógrafo de la AFP.