Dos policías estadounidenses fueron acusados de homicidio y tentativa de homicidio, tras la muerte de un niño de seis años que fue alcanzado por disparos en el estado de Luisiana. 

La muerte del pequeño Jeremy Mardis se suma a una larga lista de casos de brutalidad por parte de policías estadounidenses, que desde el año pasado han generado tensiones en ese país. 

Los hechos ocurrieron el martes pasado, cuando los policías Norris Greenhouse y Derrick Stafford perseguían al vehículo del padre de Jeremy, al cual interceptaron y dejaron gravemente herido con los disparos que percutaron contra el móvil.

La situación inicial fue confusa, sin embargo los primeros antecedentes de la investigación indicaron que el niño murió después de recibir varios disparos de los agentes, quienes ahora se encuentran suspendidos y detenidos.

“Él no merecía morir de esta manera y eso es lo importante… Puedo decir que esto es lo más perturbador que he visto”, dijo el coronel Michael Edmonson de la policía del estado de Luisiana en una rueda de prensa.