Varias decenas de niños murieron en los combates que continúan causando estragos en Sudán del Sur a pesar del acuerdo de paz firmado en agosto pasado, señaló la ONU.

Los combates en el norte del país se intensificaron en las últimas semanas según Naciones Unidas, con graves consecuencias para los civiles. El informe elaborado por la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) detalla igualmente las muertes ocurridas en una región del estado de Unidad durante dos semanas.

Así, en la región de Leer, cuyo control se disputan violentamente las fuerzas gubernamentales y los rebeldes, al menos 80 civiles murieron entre el 4 y el 22 de octubre.

Al menos tres cuartas partes de estas víctimas eran niños -57- y hubo también más de 50 casos de violación como “arma de guerra”, subrayó el informe de la ONU publicado la noche del viernes.

Las dos partes en conflicto están acusadas de haber cometido masacres, reclutado y matado niños, violado, torturado y forzado a las poblaciones a huir para “limpiar” zonas donde vivían sus enemigos.

Los combates y otros actos de violencia dejaron varios miles de muertos y desplazaron en los dos últimos años a más de 2,2 millones de personas, es decir cerca de una cuarta parte de la población.

A pesar del acuerdo de paz firmado el 26 de agosto, los combates entre fuerzas gubernamentales y rebeldes nunca cesaron, y la comunidad internacional no puede hacer nada más que reprochar a los dos bandos el bloqueo del transporte de la ayuda.

Sudán del Sur es escenario desde diciembre de 2013 de una terrible guerra civil entre el ejército regular, fiel al presidente Salva Kiir, y una rebelión dirigida por su ex vicepresidente y rival Riek Machar.

A finales de octubre, tres organizaciones de Naciones Unidas, el Fondo para la Infancia (Unicef), la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PAM) advirtieron de que más de 30.000 personas corrían el riesgo de morir de hambre en Sudán del Sur por falta de ayuda de emergencia.