Mantenerse en forma y conseguir esa esbelta silueta es la gran premisa del verano, estación en que un gran número de mujeres de todo el globo desean lucir a la perfección ese nuevo bikini con el que pretenden captar más de una mirada masculina.

Plano en que una dieta hipocalórica es el perfecto antídoto para deshacerse de esos kilos extras que a más de alguna fémina hoy en día atormenta. Razón por la que ellas a diario reducen el consumo de grasas, optan por los hidratos de carbono de absorción lenta y cocinan más a la plancha.

Sin embargo, y pese a los grandes esfuerzos por mantener buenos hábitos alimenticios y someterse a una estricta rutina de ejercicios, los resultados no siempre son los esperados. Momento en que surge la pregunta ¿Cómo puede ser que aún mantenga el mismo peso si he abandonado por completo la comida “chatarra”? Resulta que la respuesta estaba en tu plato, sin que lo supieras.

El estudio elaborado por la Universidad de Georgia, encontró que los emulsionantes añadidos artificialmente a muchos alimentos procesados interrumpen la acción de las bacterias en nuestro tracto intestinal, provocando que el cuerpo sea capaz de acumular grasa más fácilmente.

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Tal indagación reveló que tales componentes alteran la flora bacteriana pudiendo incluso ser una de las principales causas de patologías asociadas a la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.

Hay que tener presente que cerca del 90% de nuestro sistema inmunológico funciona gracias a esta flora intestinal. Razón importante por la que es vital disminuir el consumo de aquellos compuestos, que aparte de producir un desequilibrio en el peso, también influyen directamente en el estado de salud de las personas.

Del mismo modo, los expertos sostienen en el mismo estudio que la función de estos emulsionantes es alargar la vida de los alimentos artificialmente, retrasando su fecha de caducidad sin que se alteren su aspecto, su sabor o su textura, razón por la que muchas empresas las utilizan en sus elaboraciones.

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Por lo que, debes tener claro que los alimentos procesados tienen muchas formas y manifestaciones y no siempre apuntan a la típica “promoción” que venden en los patios de comidas de los diferentes centros comerciales. Sino que estos emulsionantes también están en productos tan básicas como el pan, la margarina, los postres o los aliños de ensalada.

Además, los podemos encontrar en alimentos precocinados e incluso en aquella comida que tiene un aspecto aparentemente ‘natural’ y que las distintas cadenas de supermercados la presentan como ‘opción sana y baja en calorías’. Por ejemplo, cereales, galletas integrales y carnes sin nada de grasa.

Mal escenario para quienes desean cuidar su salud y con ello su estado físico, pero ¿cómo podemos evitar los alimentos procesados?

Tarea bastante compleja para la cual la Universidad de Georgia en su estudio dio una serie de sugerencias que debes seguir para evitar caer en este tipo de ingredientes perjudiciales para tu salud.

1-

No consumas alimentos “frescos” que tengan una fecha de vencimiento muy lejana. Si presentan esa característica, significa que no serán tan frescos como prometen y que les habrán añadido algún tipo de sustancia que prolongue artificialmente su vida.

2-

Todo alimento que es procesado tiene un equivalente no procesado que resulta muy fácil encontrarlo: Los expertos indican que siempre busques la versión original de todo, por eso debes empezar por olvidarte de las carnes envasadas y acudir al mercado donde hay alimentos realmente frescos. De esa forma podrás disfrutar de una rica hamburguesa de una manera saludable, con carne recién picada que no contenga emulsionantes, conservantes y colorantes que solo dañarán tu organismo.

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3-

Opta por las frutas y verduras enteras

La idea es que si vas a comprar estos productos, los adquieras enteros y no embolsados o trozados como es costumbre pillarlos en los distintos supermercados. Y al ver fruta picada, debes analizar que en solo un par de minutos hay alimentos como la manzana que se oxidan por completo, razón por la que no es confiable adquirir los típicos postres de frutas que pueden tener horas en aquel recipiente.

4-

Evita todos los alimentos que se cocinan en el microondas

Un plato que esté listo en 1 minuto es el sueño de cualquiera. Como los milagros no existen, tampoco en la cocina, pregúntate qué sustancias contendrá algo que no necesita ninguna preparación y que lleva meses en la estantería del supermercado con su mismo aspecto y textura. Hay que cocinar, pero no hace falta tardar horas ni preparar platos extremadamente elaborados para que sea rico y saludable

Por eso, evita a toda costa aquellos productos envasados que en un minuto prometen saciar tu hambre.

5-

Vuelve a los orígenes. Lo ideal para tener un buen estado de salud es que regreses al mercado tradicional, no compres comida envasada y opta siempre por preparar tus propios menús en casa