Segundo elenco del Municipal brinda Estelar despedida a Cavallería Rusticana y Pagliacci

Pagliacci, foto Patricio Melo, TMS (c)
Pagliacci, foto Patricio Melo, TMS (c)
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El segundo elenco del Teatro Municipal, ofreció una despedida estelar a la temporada lírica 2015 del Teatro Municipal, con las dos obras maestras del verismo italiano, las grandes favoritas de todos los públicos, “Cavallería Rusticana” de Pietro Mascagni y “Pagliacci”, de Ruggero Leoncavallo. Ambas constituyen el programa doble más exitoso de la historia de la ópera y su llegada a los espectadores es total.

Esta vez fue el director residente, José Luis Domínguez, el brillante conductor de ambos títulos junto a la Orquesta Filarmónica de Santiago, que estuvo en una noche excepcional y lo propio vale para el coro del Municipal, que se lució bajo el mando del ururguayo Jorge Klastornick.

El italiano Fabio Sparvoli a cargo de la “regie” o dirección de escena; Giorgio Ricchelli en la escenografía y Germán Droghetti en el vestuario, formaron el grupo encargado de construir ambas historias.

La primera, con la revelación de un amorío entre un soldado y una mujer casada, que tiñe de rojo la celebración de Pascua de Resurrección. Luego, en la segunda, se pierde la noción entre realidad y ficción cuando el líder de un grupo de actores-payasos de circo, asesina a su esposa infiel en el escenario, basada en un hecho real. Dos obras en que las vidas comunes son trágicas y el honor manchado solo puede lavarse con sangre.

Hay pocas óperas que tengan tantas arias para el lucimiento de los solistas y sean tan conocidas como éstas, en las cuales el rol del coro es fundamental.
En la doble jornada, el barítono argentino Fabián Veloz estuvo en una noche muy feliz, primero en el rol del ofendido y celoso Alfio de “Cavallería” y luego con mucho lucimiento en “Pagliacci”, con el doble rol del payaso Tonio, primero encarnando al Prólogo que describe el argumento de la obra y luego como el despreciable payaso, envenenado por el amor no correspondido de la infiel Nedda y delatándola ante su esposo Canio y desencadenando la tragedia. Dotado de una poderosa voz, su Prólogo, fue uno de los mejores momentos de la velada, por sus matices descriptivos y su emotividad.

El tenor chileno José Azócar estuvo impecable, aunque no brillante, en ambas óperas, con roles difíciles en temas conocidos, nada menos que con el Brindis de “Cavallería” y el importante “Vesti la giubba”de “Pagliaci”. Además que actoralmente lo hizo en forma admirable en ambas obras. El barítono Patricio Sabaté impuso su experiencia y calidad, vocal y teatral una vez más, esta vez como el enamorado Silvio, en “Pagliacci”, quien tiene un trágico fin. Los campesinos, encarnados por Jorge Cumille y Gustavo Morales, correctos.
De las exponentes femeninas, la soprano española Carmen Solís, brindó una magnífica Nedda, con estupenda voz y a la vez, actuando como Colombina, luciendo coqueta y pícara. Cosechó grandes aplausos de un público que siempre fue muy entusiasta y participativo. También agradó la Santuzza de la mezzosoprano brasileña Ana Lúcia Benedetti y su “Voi lo sapette, oh mamma”.

Cumplieron con sus roles en forma correcta, la soprano Nancy Gómez, como Lola y la contralto Francisca Muñoa, como la Mamma Lucía, ambas chilenas.

Por último, hay que resaltar la actuación del joven tenor chileno Sergio Jarlaz, realmente impecable en el simpático rol de Beppe, con un poderío vocal que lo puede hacer llegar muy lejos.

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El segundo elenco del Teatro Municipal, ofreció una despedida estelar a la temporada lírica 2015 del Teatro Municipal, con las dos obras maestras del verismo italiano, las grandes favoritas de todos los públicos, “Cavallería Rusticana” de Pietro Mascagni y “Pagliacci”, de Ruggero Leoncavallo. Ambas constituyen el programa doble más exitoso de la historia de la ópera y su llegada a los espectadores es total.

Esta vez fue el director residente, José Luis Domínguez, el brillante conductor de ambos títulos junto a la Orquesta Filarmónica de Santiago, que estuvo en una noche excepcional y lo propio vale para el coro del Municipal, que se lució bajo el mando del ururguayo Jorge Klastornick.

El italiano Fabio Sparvoli a cargo de la “regie” o dirección de escena; Giorgio Ricchelli en la escenografía y Germán Droghetti en el vestuario, formaron el grupo encargado de construir ambas historias.

La primera, con la revelación de un amorío entre un soldado y una mujer casada, que tiñe de rojo la celebración de Pascua de Resurrección. Luego, en la segunda, se pierde la noción entre realidad y ficción cuando el líder de un grupo de actores-payasos de circo, asesina a su esposa infiel en el escenario, basada en un hecho real. Dos obras en que las vidas comunes son trágicas y el honor manchado solo puede lavarse con sangre.

Hay pocas óperas que tengan tantas arias para el lucimiento de los solistas y sean tan conocidas como éstas, en las cuales el rol del coro es fundamental.
En la doble jornada, el barítono argentino Fabián Veloz estuvo en una noche muy feliz, primero en el rol del ofendido y celoso Alfio de “Cavallería” y luego con mucho lucimiento en “Pagliacci”, con el doble rol del payaso Tonio, primero encarnando al Prólogo que describe el argumento de la obra y luego como el despreciable payaso, envenenado por el amor no correspondido de la infiel Nedda y delatándola ante su esposo Canio y desencadenando la tragedia. Dotado de una poderosa voz, su Prólogo, fue uno de los mejores momentos de la velada, por sus matices descriptivos y su emotividad.

El tenor chileno José Azócar estuvo impecable, aunque no brillante, en ambas óperas, con roles difíciles en temas conocidos, nada menos que con el Brindis de “Cavallería” y el importante “Vesti la giubba”de “Pagliaci”. Además que actoralmente lo hizo en forma admirable en ambas obras. El barítono Patricio Sabaté impuso su experiencia y calidad, vocal y teatral una vez más, esta vez como el enamorado Silvio, en “Pagliacci”, quien tiene un trágico fin. Los campesinos, encarnados por Jorge Cumille y Gustavo Morales, correctos.
De las exponentes femeninas, la soprano española Carmen Solís, brindó una magnífica Nedda, con estupenda voz y a la vez, actuando como Colombina, luciendo coqueta y pícara. Cosechó grandes aplausos de un público que siempre fue muy entusiasta y participativo. También agradó la Santuzza de la mezzosoprano brasileña Ana Lúcia Benedetti y su “Voi lo sapette, oh mamma”.

Cumplieron con sus roles en forma correcta, la soprano Nancy Gómez, como Lola y la contralto Francisca Muñoa, como la Mamma Lucía, ambas chilenas.

Por último, hay que resaltar la actuación del joven tenor chileno Sergio Jarlaz, realmente impecable en el simpático rol de Beppe, con un poderío vocal que lo puede hacer llegar muy lejos.