Cuando estudiamos, una de las cosas que más debemos hacer es recordar contenidos, en primer lugar para contestar los exámenes, pero también -idealmente- para ponerlos en práctica más adelante. ¿Cuál es el método más efectivo para lograr esto?
Los sistemas educacionales nos instruyen desde pequeños en Historia, Matemáticas, Lenguaje, etc. No obstante, varios expertos han llegado a la conclusión de que existe un problema con el método de enseñanza actual: la mayoría de las veces se nos dice qué debemos saber, pero no se nos enseña cómo funciona el proceso de aprendizaje, ni cómo podemos lograr recordar todo ese conocimiento.
Este tema fue abordado por Annie Murphy Paul, quien escribe sobre psicología para medios como Time y CNN. En una entrevista con el portal estadounidense Business Insider en su versión inglesa, la especialista sostuvo que “los padres y profesores son bastante buenos en impartir el primer tipo de conocimiento (entregar información sobre un tema específico). Nos sentimos cómodos hablando sobre información concreta: nombres, fechas, números, hechos. Pero la guía que ofrecemos sobre el acto de aprender en sí, los aspectos metacognitivos del aprendizaje, es más bien de ‘acierto y error’”.
En ese sentido, Paul agrega que la razón por la que muchos estudiantes obtienen malos resultados académicos, es porque no entienden cómo funcionan las estrategias cognitivas que le permiten a la gente aprender y recordar información para adquirir conocimiento, ¿y quién puede aprender algo si no sabe cómo hacerlo?
¿Cómo solucionar esto? La respuesta la dan Henry Roediger y Mark McDaniel, psicólogos de la Universidad de Washington que escribieron el libro “Make It Stick: The Science Of Successful Learning” (que en español sería algo como “Haz que se pegue: La ciencia del aprendizaje exitoso”).
Estos expertos entregan 3 estrategias simples, pero efectivas para lograr recordar lo que lees, y de esta forma poder mejorar el proceso de aprendizaje de nuevos conocimientos, las cuales fueron recopiladas por Business Insider:
Según los profesionales, la primera estrategia para aprender con éxito, es forzarte a ti mismo a recordar un dato o cierta información.
Los autores explican que ésta es la clave para aprender, porque mientras más difícil te resulta superar un reto, más se desarrollan tu habilidades. Esto lo comparan con el levantamiento de objetos pesados: mientras más peso tiene el objeto que logras levantar, más fuerte te vuelves.
Con el aprendizaje es lo mismo: mientras más te esfuerces por entender o recordar algo, mejor te estarás volviendo, y la próxima vez te resultará más fácil resolverlo.
Esto lo puedes lograr de varias formas. Por ejemplo, recomiendan que hagas tarjetas donde escribas preguntas sobre la materia que estás estudiando. Al repasarlas, te verás obligado a entregar una respuesta. Mientras más veces repitas el proceso, mejor recordarás los contenidos.
ARCHIVO | Kate Ter Haar (CC)
Los expertos indican que el error que muchos estudiantes cometen, es que cuando leen algo y lo entienden fácilmente al primer intento, creen que lograrán recordarlo sin ningún problema y que no necesitan repasarlo.
Sin embargo, recalcan que cuando lees algo y te parece sencillo, lo que realmente ocurre es que el texto es ‘fluido’, es decir, está bien escrito, pero igualmente lo olvidarás en un instante si no te esfuerzas por recordarlo.
Por ejemplo: digamos que estás en un aeropuerto y necesitas saber por qué puerta saldrá tu vuelo. Cuando miras a los monitores, ves que es la puerta B44, y te dices a ti mismo “B44, será fácil recordarlo”. Luego, te das vuelta para mirar tu teléfono… e instantáneamente olvidas lo que estabas pensando, por lo que necesitas chequear otra vez la información.
Para poder retener mejor un dato, el consejo que entregan es que inmediatamente después de leer el número de la puerta, te preguntes a ti mismo “¿cuál es la puerta?”. Si logras contestar correctamente a la primera, es más probable que lo recuerdes en el futuro.
Roediger y McDaniel relatan en su libro que otro método efectivo para recordar nueva información, es asociarla con algo que ya sepas, porque de esta forma el nuevo conocimiento se enlazará con el preexistente y te será más fácil memorizarlo.
Esto también funciona cuando asocias tus nuevos conocimientos a situaciones de tu vida diaria.
Un ejemplo simple para que lo entiendas: si estás estudiando la transferencia de calor entre cuerpos, puedes asociarla a la forma en que una taza de café calienta tus manos cuando la sostienes.
De este modo, cada vez que pienses en transferencia de calor, pensarás también en la taza de café que bebes a diario, y recordarás de qué se trata el concepto.
