La mandataria argentina Cristina Fernández se zambulló el jueves en la campaña para el balotaje presidencial del 22 de noviembre, al reclamar el voto al candidato oficialista Daniel Scioli frente al opositor de derecha Mauricio Macri.

“Vamos por la victoria al balotaje”, indicó la presidenta al desestimar los rumores de una ruptura en la alianza oficialista como secuela de la elección poco satisfactoria del domingo en primera vuelta, con fuerte crecimiento de la oposición de derecha y centroderecha.

La mandataria sostuvo no ser “candidata a nada” y que se va a su casa tras entregar el poder el 10 de diciembre. Pero llamó a apoyar al postulante del gobierno. “¡Por Dios, no quiero ver que se desmorone todo lo que hemos construido!”, abogó.

“Me interesa que los argentinos defiendan los derechos sociales y las conquistas en estos 12 años (de kirchnerismo, peronismo de centroizquierda)”, dijo en un discurso sin Scioli -sin mencionarlo- y ante funcionarios y miles de partidarios, entre ellos la líder de Abuelas de Plaza de Mayo Estela Carloto, en la Casa Rosada, sede de gobierno.

Scioli, un peronista inclinado hacia la centroderecha, sumó 36,8% de votos en la primera vuelta el domingo, pero en sorpresivo crecimiento Macri, de la alianza centroderechista Cambiemos, cosechó 34,3%, con gran impulso hacia la segunda vuelta.

Arrepentidos

Fernández criticó con suma dureza al macrismo, acusándolo de “disfrazarse” en la campaña política, apoyando medidas que “en el Congreso votaron en contra y ahora dicen arrepentirse”.

“Acaban de decir que se arrepienten de no haber votado la ley de matrimonio igualitario. Dicen ahora estar de acuerdo con que Aerolíneas Argentinas y la petrolera YPF sigan en el Estado. Nosotros somos lo que somos, mal o bien. No somos un día una cosa y otro día otra”, manifestó.

Atacó a los opositores con aspereza por su cambio de discurso. “Vos te arrepentís ahora, pero después se jodieron millones de argentinos”, fustigó.

Antes de la campaña, Macri se había opuesto a las estatizaciones de la empresa petrolera, de Aerolíneas, del Correo, de los fondos jubilatorios y dijo que el país debía pagar el juicio en Nueva York de fondos ‘buitres’ (especulativos), pero ha modificado sus planteos.

Globos opositores

“Nos muestran globos y bailes (en actos macristas). Pero les pido a los argentinos que el árbol no les tape el bosque”, dijo la mandataria al criticar el libre comercio que propone Macri.

Importantes medios de prensa señalaron en los últimos días que se habría quebrado la alianza en el interior del Frente para la Victoria de kirchneristas con peronistas inclinados al centroderecha, ante pronósticos de un triunfo de Macri en el balotaje.

En otro momento de su enfático discurso que da inicio de hecho a la campaña para el balotaje, dijo que “pese a lo que dijo la oposición que anunciaba fraude” era necesario “un desagravio porque el sistema electoral fue de limpieza y transparencia”.

“El balotaje no es una simple elección entre dos candidatos. Es la decisión entre un modelo u otro de país, porque si no, nos hundimos todos”, expresó.

La presidenta reivindicó el voto mediante boletas de papel y dijo que si hubiera sufragio electrónico no concurriría.

“No voy a permitir que una máquina me robe“, dijo, aludiendo por primera vez a que en su viaje a principios de este año a Rusia, pudo hablar con el refugiado informático norteamericano Edward Snowden, quien le reveló maquinaciones electrónicas armadas para controlar y regular.

Entre los destacable de la elección del domingo, dijo que “por primera vez en la historia habrá cinco gobernadoras mujeres (sobre 25 distritos). Y felicitó a María Eugenia Vidal, la joven dirigente macrista de 42 años que logró derrotar al peronismo en los comicios a gobernador en la provincia de Buenos Aires, bastión tradicional del peronismo.

“Si se cambian las políticas macroeconómicas, si se hace lo de ir y pagarle sin chistar al juez (Thomas) Griesa” (1.600 millones de dólares a fondos ‘buitres’) los magistrados europeos “hubieran exigido que los tenedores de bonos” de esa región cobraran “lo mismo que los americanos”, indicó la presidenta.