El fabricante alemán Volkswagen anunció este miércoles sus primeras pérdidas trimestrales en 15 años provocadas por las provisiones con las que espera hacer frente al escándalo de los motores trucados.

“Vamos a hacer todo lo posible para recuperar la confianza perdida”, dijo el miércoles el nuevo presidente del grupo, Matthias Müller.

El escándalo salió a la luz en septiembre, cuando Volkswagen reconoció haber instalado en los motores de 11 millones de vehículos diésel un programa informático para sesgar los resultados de los tests de contaminación.

Entre julio y septiembre, Volkswagen perdió 1.673 millones de euros frente a los beneficios de 2.971 millones de euros del mismo periodo de 2014. Si no se incluyen los accionistas minoritarios, las pérdidas netas son de 1.730 millones de euros.

Este resultado es la consecuencia directa de los 6.700 millones de euros de provisiones que el constructor ha reservado para hacer frente a las consecuencias judiciales del escándalo, que podrían ser gigantescas.

Los resultados son sin embargo mejor de lo que preveían los analistas de Factset. Las pérdidas de explotación fueron de 3.480 millones, similares a las previsiones.

Consecuencia directa de estos resultados, el constructor con sede en Wolfsburgo, en el norte de Alemania, revisó a la baja sus previsiones para 2015 y anunció que su beneficio de explotación será “claramente inferior” al de 2014.

El escándalo de los motores trucados ha afectado la rentabilidad de Volkswagen, que confía sin embargo en mantener estables sus ventas en 2015 con relación al año anterior.

Pero estas previsiones podrían ser demasiado optimistas, según el analista de Morgan Stanley Harald Hendrickse. “No tenemos ninguna novedad por parte de Volkswagen sobre los problemas de emisiones de los diésel ni sobre sus promesas de recuperar la confianza”, lamentó.

En el tercer trimestre, la facturación aumentó un 5,3%, hasta 51.490 millones de euros, menos de los esperado por los analistas. Según Matthias Müller, estas cifras demuestran “la fuerza intrínseca del grupo Volkswagen y también dejan claro el impacto inicial de la situación actual”.

Los resultados fueron bien recibidos en la bolsa de Fráncfort, donde las acciones ganaban más de un 3% a media mañana tras haber caído un 4% poco después de la apertura.

Müller, que dará este miércoles una rueda de prensa, sustituye a Martin Winterkorn, que dimitió al descubrirse el escándalo. El nuevo presidente tendrá que enfrentarse tanto a la investigación interna del caso como a los costes futuros, que obligarán a llamar a revisión a millones de vehículos.

Hasta ahora la compañía ya ha tenido que llamar a revisión 8,5 millones de coches en Europa y a otros 480.000 en Estados Unidos. El constructor ha advertido que las provisiones que ha hecho hasta ahora no serán suficientes y este miércoles reconoció que habrá “cargas financieras considerables a medida que se concreten los riesgos judiciales”.

El escándalo sumió al grupo en la peor crisis de su historia y le enfrentan a un aluvión de demandas judiciales, multas y multimillonarios costes de reparación, sin contar eventuales pérdidas provocadas por la degradación de la imagen de marca.

escándalo de Volkswagen, que comercializa 12 marcas y que fue brevemente líder mundial del sector en el primer semestre de 2015 antes de perder su puesto frente a Toyota, podría tener además consecuencias en el conjunto de la economía alemana y en el prestigio de los productos del país.