Un migrante afgano fue abatido por guardias fronterizos búlgaros la noche del jueves cuando intentaba pasar de forma ilegal de Turquía a Bulgaria, anunció el ministerio de Interior búlgaro.

El drama, que coincide con la adopción en Bruselas de un “plan de acción común” entre la UE y Turquía para contener los flujos migratorios, es el primer caso conocido de tiro mortal de las fuerzas de seguridad desde el comienzo de la crisis y la afluencia de cientos de miles de migrantes a Europa.

El hombre muerto formaba parte de un grupo de 54 migrantes localizados por una patrulla en una carretera próxima a Sredets, cerca de la frontera búlgaro-turca, anunció un alto funcionario del ministerio de Interior, Gueorgui Kostov.

“No obedecieron” la orden de detenerse de la patrulla policial, precisó. “Ninguno de los migrantes iba armado, pero se resistieron”, añadió el funcionario.

Tras ser detenidos, se presentaron como afganos indocumentados, agregó Kostov.

La patrulla disparó al aire sin intención de alcanzar a nadie y “uno de los migrantes resultó herido por el rebote de una bala -según las declaraciones de uno de los tres policías- y falleció de camino al hospital”, indicó el Ministerio.

Los interrogatorios de los migrantes deben esclarecer “si esos hombres de 20 a 30 años de edad que cruzaron de noche un paso fronterizo abrupto y de difícil acceso, no pertenecen a un grupo amenazante para la seguridad nacional”, declaró Kostov.

El portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) en Bulgaria, Boris Cheshirkov, consideró “muy lamentable” el incidente.

“Este plan de barreras, cercas y fuerzas policiales no puede resolver el problema de gente desesperada”, declaró a la AFP, y recordó que el Acnur de Bulgaria instó la pasada primavera a no rechazar a los migrantes.

Cheshirkov confirmó que se trata del primer caso de tiro mortal de fuerzas del orden contra un migrante en las fronteras de la UE.

El incidente provocó la partida anticipada de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del primer ministro búlgaro Boris Borisov que, reunido con sus homólogos en Bruselas, analizaba cómo frenar la llegada de migrantes a Europa provenientes de Turquía.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, declaró que Borisov le había informado de lo ocurrido en la frontera antes de su partida.

“Eso demuestra hasta qué punto nuestra discusión era importante. El primer ministro Borisov sabe que estamos dispuestos a ayudarle” a “restablecer el control de nuestras fronteras exteriores”, dijo Tusk.

Miembro de la Unión Europea pero no del espacio Schengen de libre circulación, Bulgaria está al margen del principal flujo migratorio que pasa por Grecia, Macedonia y Serbia.

Sin embargo, desde enero pasado Bulgaria fue país de tránsito de miles de migrantes, lo que llevó al gobierno a erigir una barrera de 30 km a lo largo de la frontera con Turquía, donde desplegó unos 2.000 policías y militares adicionales.

Contrariamente a lo que sucede en Grecia, en Bulgaria los migrantes deben registrarse ante las autoridades y esperar meses antes de obtener el estatuto de refugiado que les permite circular en Europa.