Con decepción se recibió en Talcahuano la determinación del gobierno de no financiar el esperado tercer dique de Asmar. No obstante, hay consenso en que es necesario insistir con todos los argumentos posibles y no dar por perdida la posibilidad de que este proyecto se concrete.

En el tercer dique descansa una parte importante de los anhelos de creación de empleo, desarrollo productivo y crecimiento económico de la región. Durante muchos años se mantuvo como idea, y desde la zona se hizo presión al nivel central, hasta que en diciembre del año pasado la presidenta Michelle Bachelet anunció que se iniciaban los estudios.

Sin embargo, fue el propio ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés quien le confirmó al diputado PPD Cristián Campos que en vista del bajo crecimiento esperado y la situación económica, se desechaba su financiamiento. El parlamentario aseguró que el gobierno está equivocando el camino.

Hay sorpresa en la propia empresa y sus trabajadores, puesto que la fórmula de financiamiento que se ha propuesto es mixta para el costo de la obra que alcanza a los 150 millones de dólares.

Cristian Nova, presidente del sindicato 1 de Asmar, que agrupa a unos 700 trabajadores, dijo que esta decisión afecta al empleo, y comentó que el astillero ya ha perdido contratos este año, lo que da cuenta de la demanda que existe de reparación de naves.

A no rendirse llama el alcalde de Talcahuano, Gastón Saavedra, haciendo ver que es necesario que el ministro escuche a la región.

En junio pasado, de visita en Talcahuano, el ministro de Defensa José Antonio Gómez afirmó que el Tercer dique estaba en la última etapa de estudios, reafirmando la importancia de poder atender a grandes buques que en la actualidad no tienen ningún lugar para ser reparados en la costa oeste del Pacífico Sur. Voluntad que no obstante no se vería materializada en el presupuesto del próximo año, golpeando a esta región de manera inesperada.