El expresidente peruano, Alberto Fujimori, condenado en Perú por crímenes de corrupción y de lesa humanidad, dejó caminando y sonriente el miércoles la clínica de Lima donde fue internado por cuatro días, aquejado de dolores corporales, informó su hija.

“Está bastante bien. Él fue internado el viernes en la noche debido a un fuerte dolor en el hombro y a una leucoplasia (lesión en la boca). Aprovechando los exámenes en el hombro y la lengua, se le hizo también un examen digestivo y oftalmológico. Los exámenes son positivos y alentadores”, dijo a la prensa Keiko Fujimori, líder del Partido Fuerza Popular y heredera política de su padre.

El exgobernante dejó la clínica “La Luz” de Lima, caminando, sonriente y saludando a las cámaras de TV, según imágenes difundidas por Canal N.

“El experto en cuello y cabeza, quien ve siempre su problema de lengua, ha decidido mantenerlo en observación. No se ha tomado una decisión de hacer una operación. Él ha sido operado en seis oportunidades pero en esta ocasión (…) está estable y de buen ánimo”, agregó Keiko Fujimori, quien además lidera las preferencias electorales con miras a los comicios presidenciales de abril de 2016 en Perú.

El exgobernante cumple una sentencia de 25 años como autor mediato de una matanza de 25 personas en el marco de la guerra contra el grupo armado maoísta Sendero Luminoso en la década de 1990.

En 2013, el presidente Ollanta Humala le denegó el indulto que había solicitado su familia alegando que los problemas de salud ponían en peligro la vida del exmandatario. Según un informe médico oficial, Fujimori no reunía las condiciones de gravedad para recibir el indulto presidencial.

Fujimori deberá permanecer en prisión al menos hasta el año 2032, lo que él ha considerado como una condena a muerte en vida, debido a su edad.