Se disputaba el encuentro entre Escocia y Sudáfrica por el Mundial de Rugby 2015 cuando en medio del encuentro se vivió una curiosa y divertido diálogo entre el árbitro del partido con uno de los jugadores.

La llamativa situación se originó cuando un escocés pateó el balón y un jugador rival fue a bloquear el despeje, empujándolo levemente.

Ante esto, Stuart Hogg se lanzó al pasto simulando una falta, (posible tarjeta amarilla que significaba una suspensión de 10 minutos para el rival) pero el árbitro no le creyó la acción y lo mandó a jugar fútbol.

“Lo estaba viendo. El estaba en el aire, controlado…. Tírate así otra vez y vuelve en dos semanas a jugar. No lo hagas de nuevo. Lo vi”, dijo Nigel Owens.

El encuentro se estaba disputando en el estadio del Newcastle, y efectivamente en dos semanas más el cuadro inglés volverá a jugar en su cancha (18 de octubre), interpretación que encajaría a la perfección con una de las “mañas” que caracterizan al “deporte rey”, como lo es la simulación.