El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tildó el martes de “abuso” las críticas del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, al sistema político venezolano de cara a las próximas elecciones legislativas.

“¿Democracia imperfecta? Es un abuso decirlo”, dijo Maduro citando a Kerry, ante una pregunta de la AFP durante la transmisión de su programa semanal de televisión.

El mandatario socialista añadió que por eso comparte el pronunciamiento de su canciller, Delcy Rodríguez, “repudiando el intervencionismo” de las declaraciones de Kerry durante una visita a Chile.

“Creo que John Kerry fue muy diplomático, pero de todas maneras se metió con Venezuela y nadie debe estar hablando de Venezuela”, subrayó Maduro.

El gobernante defendió que su país tiene una “democracia protagónica, popular, participativa”, que ha realizado 19 elecciones en 15 años de gobierno chavista.

Kerry afirmó en Santiago que las elecciones parlamentarias previstas para el próximo 6 de diciembre en Venezuela serán “la vara para medir qué tipo de democracia” hay en el país caribeño, según reseñó la prensa local.

Maduro reiteró su denuncia de una “conspiración” desde Estados Unidos, en alianza con la oposición venezolana, para desestabilizar a su gobierno de cara a los comicios.

El pasado fin de semana, el heredero político del fallecido líder Hugo Chávez cuestionó que después de un año Washington no haya otorgado el beneplácito al embajador designado por Caracas. Ambos países carecen de embajadores desde 2010.

A principios de septiembre, la canciller venezolana confirmó que recibió una llamada de Kerry como parte de los acercamientos entre ambos gobiernos para “regularizar” los vínculos bilaterales.

Pero las tensiones volvieron tras las críticas del jefe de la diplomacia estadounidense a la condena a casi 14 años de cárcel contra el líder opositor venezolano Leopoldo López, el pasado 10 de septiembre, por la violencia durante las protestas contra Maduro de 2014.

La relación entre los dos países sufrió una crisis en marzo pasado cuando el presidente estadounidense, Barack Obama, firmó un decreto para sancionar a siete funcionarios del gobierno venezolano.

La medida, que calificaba la situación en Venezuela de “amenaza” para Estados Unidos, despertó indignación en el país suramericano y en algunos de sus vecinos, e incluso desencadenó una campaña internacional de firmas para pedir su derogación.

A principios de julio, Maduro reveló que se había reunido con el enviado estadounidense Thomas Shannon en dos oportunidades este año en el palacio de gobierno de Venezuela.