La coalición saliente de centroderecha aventajaba claramente a la oposición socialista en las elecciones legislativas llevadas a cabo este domingo en Portugal, según sondeos a pie de urna y primeros resultados, a pesar de haber gobernado durante cuatro años con severas medidas de austeridad.

De acuerdo a los primeros resultados parciales, sobre el 80% de las circunscripciones, la alianza gubernamental del primer ministro Pedro Passos Coelho, en el poder desde 2011, recogería el 40,04% de los votos, por delante del Partido Socialista que obtendría el 31,65%, de acuerdo a estos resultados parciales.

El Bloque de izquierda, formación similar al Syriza griego (en el poder), obtendría 9,10% de los sufragios, y el Partido Comunista, aliado con los Verdes, el 7,37%.

Estos resultados se ubican en las horquillas anunciadas tras los sondeos a pie de urna, según los cuales la alianza gubernamental lograría entre 36,4% y 43% de los votos, contra 29,5% a 35% para los socialistas del exalcalde de Lisboa Antonio Costa, según tres sondeos difundidos por los canales de televisión.

Tras haber comenzado con pronósticos negativos, la coalición de gobierno fue ganando seguidores en los sondeos de las últimas semanas de campaña electoral, pero el resultado de este domingo está muy lejos del 50,4% logrado por la derecha hace cuatro años.

No obstante, Passos Coelho podría verse enfrentado a un parlamento mayoritariamente de izquierda.

La coalición saliente, formada por el Partido Social Demócrata (PSD) y el conservador CDS, podría lograr entre 100 y 118 bancas de las 230 del parlamento.

Para contar con la mayoría absoluta se necesitan 116 diputados. El Partido Socialista lograría entre 77 y 90 bancas, esto siempre según los sondeos a pie de urna.

De los más de 9,6 millones de electores convocados a las urnas, la abstención rondaría entre 35% y 43%.

Los resultados definitivos serán difundidos durante la noche, excepto los votos del exterior, que serán contabilizados el 14 de octubre.

La derecha ‘se recupera’

“Estoy muy tranquilo esperando el veredicto del pueblo”, había dicho Passos Coelho a la prensa extranjera tras votar en Massama, en las afueras de Lisboa.

Inimaginable hace unos meses, la subida de popularidad de la alianza entre el Partido socialdemócrata (PSD, centroderecha) y el CDS (derecha) sorprendió a los socialistas, que lideraban las encuestas desde el otoño boreal de 2012.

“La derecha recuperó una parte de los votos del electorado centrista y logró pasar el mensaje de que el regreso al poder de los socialistas significaría la bancarrota, como en 2011″, comentó a la AFP el politólogo Antonio Costa Pinto.

Electo en junio de 2011, Pedro Passos Coelho, de 51 años, un centrista liberal, tomó las riendas de un país que estaba al borde del default.

Su predecesor, el socialista José Socrates, acababa de pedir una ayuda de 78.000 millones de euros a la Unión Europea (UE) y al Fondo Monetario Internacional (FMI).

El espectro de la troika

En mayo de 2014, el país se liberó de la tutela de la troika (UE-FMI-BCE) sin pedir una extensión, otro mérito de peso para Passos Coelho.

Hoy, tras un plan de rigor sin precedentes, con aumento de impuestos y cortes salariales, el país se recupera económicamente y el desempleo está a la baja. 

El líder del partido socialista, Costa, de 54 años, ha intentado distanciarse de la pesada herencia de Socrates, presentando un programa económico moderado y prometiendo evitar excesos en el gasto público.

Los muy mediáticos problemas judiciales de Socrates también marcaron la campaña del PS. Detenido por corrupción y blanqueo de dinero en noviembre de 2014, el exprimer ministro portugués se encuentra desde septiembre bajo arresto domiciliario.

La crisis griega, que los portugueses siguen muy de cerca, podría también haber pesado a favor de la coalición de derecha, que no cesó de comparar a los socialistas portugueses al Syriza.

Pero nada asegura que la derecha obtenga un mandato claro para poder gobernar. Sin aliados potenciales, un eventual gobierno minoritario de derecha se enfrentaría en el Parlamento a una mayoría de izquierda, aunque muy dividida.

Conocido por sus dotes de negociador, Costa podría -pese a las diferencias ideológicas- formar una alianza con el Partido Comunista y el Bloque de Izquierda 

“Si el PS pierde por poco, no se excluye que intente formar un gobierno minoritario con el apoyo parlamentario de la extrema izquierda”, estimó el politólogo José Antonio Passos Palmeira.