Uno de los delincuentes más buscados de Colombia, Víctor Navarro, “Megateo”, exguerrillero y capo del narcotráfico en la frontera con Venezuela, murió en un operativo de la fuerza pública, informaron este viernes las autoridades, al anunciar el combate a las bandas criminales como “una prioridad”.

“Era un objetivo de alto valor (…). Hace unas semanas estuvimos a punto de darlo de baja y se volvió a escapar. Pero finalmente cayó”, dijo el presidente Juan Manuel Santos en una alocución televisada desde la Casa de Nariño, poco después de confirmar la noticia en Twitter.

“Se hacía pasar por guerrillero, pero era un delincuente común”, señaló el mandatario.

“Megateo”, de 39 años, jefe de un grupo disidente del Ejército Popular de Liberación (EPL), extinto desde 1991, con influencia en la región cocalera del Catatumbo, fue abatido el jueves en la noche durante la operación militar “Solemne” en el municipio de Hacarí, departamento de Norte de Santander, más de 700 km al norte de Bogotá.

“Esa va a ser la prioridad de nuestra fuerza pública. Ir en contra de estos delincuentes”, enfatizó el mandatario, tras celebrar el golpe militar del domingo pasado contra otro importante jefe narco, Martín Farfán “Pijarvey”, que también operaba en una zona limítrofe con Venezuela.

“Ambos cayeron y seguirán cayendo, las cabezas y los que se dediquen a delinquir”, prometió Santos. Y agregó: “Nuestro propósito es acabar con las ‘bacrim’”, primera amenaza a la seguridad del país, según la ONU.

Las ‘bacrim’, como llama el gobierno a las bandas criminales surgidas mayoritariamente con la desmovilización masiva de paramilitares de derecha entre 2003 y 2006, e involucradas en el tráfico de cocaína, de la que Colombia es el primer productor mundial.

El Clan Úsuga, principal ‘bacrim’ de Colombia, y su jefe “Otoniel”, siguen siendo ahora el principal objetivo de las autoridades, dijo Santos. “No vamos a bajar la guardia hasta acabar con esa organización”.

“Fin del mito”

“Fin del mito”, tuiteó el comandante del Ejército, mayor general Alberto Mejía, al celebrar la caída de “Megateo” y confirmar que ya había sido herido en otro operativo en agosto.

Poco después, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, detalló que el capo cayó gracias a “una de las operaciones encubiertas más exitosas e ingeniosas de los últimos años”.

En una declaración desde Santa Marta, donde se reúne este viernes con su homólogo venezolano, Vladimir Padrino, dijo que la carrera de Navarro incluye “varias décadas con muertos, heridos, corrupción, tortura, presión indebida a poblaciones campesinas y tentáculos en la vecina Venezuela”.

“Es una buena noticia para el país, para el hemisferio, para Venezuela, y sobre todo, para los habitantes del Catatumbo”, señaló Villegas, quien trata con su par temas de seguridad en la frontera compartida de más de 2.219 km.

“Megateo” era pedido en extradición por Estados Unidos, que ofrecía por él una recompensa de cinco millones de dólares, y tenía además órdenes de captura por delitos de secuestro y extorsión en Colombia, país dispuesto a retribuir con hasta 700.000 dólares los datos para capturarlo o darle muerte.

Según el Departamento de Estado norteamericano, Navarro lideraba una organización de cultivo, producción y envío de toneladas de cocaína a Estados Unidos, Canadá, República Dominicana y Europa, además de una vasta red de lavado de dinero en Colombia.

¿Robin Hood de la selva?

“Sin duda alguna, tiene peso la muerte de ‘Megateo’”, explicó a la AFP el historiador Álvaro Villarraga, autor de artículos sobre el EPL, un grupo rebelde que firmó la paz con el gobierno de César Gaviria en 1991.

Navarro, reclutado siendo menor de edad por grupos disidentes de esa insurgencia maoísta en Norte de Santander, era la cabeza del último reducto que aún se autodenominaba EPL, que “lejos de ser guerrilla”,derivó en “un núcleo narcotraficante con mucho poder económico” y nexos incluso con funcionarios públicos, agregó el experto.

El capo, que se escondió durante años llevando una vida de lujos y excentricidades en esa región selvática de Colombia, compraba apoyos en su zona de influencia, donde muchos lo veían como un Robin Hood.

“Hay campesinos que dicen que ‘Megateo’ los ayudaba, les daba plata, les hacía obras, a la manera de Pablo Escobar”, dijo Villarraga, en alusión a las obras de caridad del fallecido capo del cartel de Medellín.

A mediados de septiembre, al informar sobre la confiscación de millonarios bienes de “Megateo”, el director de la Policía Nacional, Rodolfo Palomino, dijo que más que un benefactor de la comunidad, Navarro infundía miedo en el Catatumbo, una de las áreas con mayor producción de coca en el país.

Colombia, que vive un conflicto armado de más de medio siglo, permeado por el narcotráfico y en el que han participado guerrillas, paramilitares y agentes del Estado, es el principal productor mundial de coca, insumo clave para la elaboración de la cocaína.

Según un reciente informe de Naciones Unidas, el país produjo unas 442 toneladas de esa droga en 2014, 52% más que el año anterior.