Corea del Norte amenazó con anular la próxima reunión de familias separadas por la guerra de Corea tras las declaraciones que considera “irresponsables” de la presidenta surcoreana, Park Geun-Hye, en las Naciones Unidas.

Prevista del 20 al 26 de octubre, esta reunión fue decidida en el marco del acuerdo que permitió en agosto pasado detener una grave escalada entre ambas Coreas. Anular esta reunión poco frecuente y muy esperada equivaldría a dejar obsoleto el acuerdo.

La presidenta surcoreana, que considera una amenaza mundial el programa nuclear norcoreano, invitó en Nueva York a la comunidad internacional a movilizarse para influir en la política de Pyongyang.

También exhortó a Corea del Norte a rectificar en materia de derechos humanos tras un informe de una comisión de la ONU que afirma que Pyongyang comete violaciones “sin parangón en el mundo contemporáneo”.

En un comunicado, un portavoz del Comité del Norte para una Reunificación Pacífica de Corea (CPRK) estimó la noche del martes que las palabras de Park estaban “totalmente desprovistas de razón”.

“Ante la voluntad de confrontación irresponsable de las autoridades surcoreanas, no sólo las relaciones Norte-Sur, sino también la reunión de las familias están amenazadas”, dijo.

Millones de personas quedaron separadas por el conflicto (1950-1953), que consagró la división de la península coreana. Muchas han fallecido sin poder volver a ver o a hablar con sus familiares, ya que toda comunicación civil interfronteriza está prohibida.

Unos 66.000 surcoreanos, la mayoría octogenarios y nonagenarios, están en una lista de espera para participar en un encuentro. Muy pocos serán los elegidos.

Y Pyongyang ha instrumentalizado con frecuencia estas reuniones, por ejemplo decidiendo anular algunas a última hora.

El portavoz del CPRK pidió a Corea del Sur que pida disculpas por las palabras de Park, so pena de “desgracias imprevisibles en este momento crucial”.

El Ministerio surcoreano de la Unificación consideró “muy lamentables” las amenazas del Norte de anular la reunión, y estimó que Pyongyang no debía buscar “pretextos políticos” para hacer caso omiso de sus obligaciones humanitarias.

Declaraciones norcoreanas recientes sustentaron los temores de que Pyongyang lance satélites al espacio con cohetes coincidiendo con el 70º aniversario de su partido único, y luego realice una nueva prueba nuclear.

Estados Unidos, Corea del Sur y sus aliados declararon sin rodeos que un lanzamiento de cohete sería considerado un test de misil balístico disimulado, en violación de las resoluciones de la ONU, y eso reavivaría las tensiones militares.