El pianista chileno se presentó con obras de Schubert y Chopin, y un “encore” de Beethoven, ante 800 personas que repletaron el Teatro CorpArtes de Las Condes.
Actualmente viviendo en Detmold, Alemania, el famoso músico visita regularmente nuestro país para presentarse en recitales o como solista con las orquestas Filarmónica de Santiago y Sinfónica de Chile, todas a teatro lleno con fervientes admiradores.
Desde temprana edad, Alfredo Perl, nacido en Santiago, ha brindado actuaciones públicas; la primera fue a las nueve años y desde entonces ha dado numerosos conciertos por todo el mundo. Comenzó sus estudios formales en música, con el compositor, pianista y profesor del Conservatorio Nacional, el maestro Carlos Botto. Más tarde continuó su enseñanza con el profesor Günter Ludwig, en Alemania y luego con María Curcio —maestra italiana de los reconocidos pianistas Pierre-Laurent Aimard, Martha Argerich, Daniel Barenboim y Mitsuko Uchida— en Londres.
A los 30 años, Perl dejó nuestro país para radicarse en Europa y llevar a cabo una exitosa carrera internacional. Se despidió con un ciclo de recitales donde interpretó las 32 sonatas para piano de Beethoven, todas ellas en el Teatro Oriente de Santiago. Posteriormente, la Radio Bremen de Alemania las grabó y editó para una compañía de ese mismo país. Desde entonces, se le ha reconocido con galardones en prestigiosos concursos internacionales, obteniendo premios en Austria, Italia, Japón y en Chile, en el Concurso de Viña del Mar.
Todo esto lo ha convertido en uno de los pianistas más destacados de su generación. Incluso la BBC Music Magazine calificó su trabajo, señalando que “las interpretaciones de Perl son de una calidez y musicalidad extraordinarias; la belleza de su sonido es asombrosa».
Esta vez, en el Teatro de Rosario Norte 660, Perl ofreció, con una fuerza interpretativa extraordinaria, un recital de cerca de 2 horas, dividido en dos partes, En la primera, la Sonata en Sol Mayor, del autor austríaco Franz Schubert (1797-1828), considerado el introductor del romanticismo musical y la forma breve característica pero, a la vez, también continuador de la sonata clásica siguiendo el modelo de Ludwig van Beethoven y en la segunda, cinco obras del polaco Frederic Chopin,(1810-1849), Polonesa-Fantasía en La Bemol Mayor. Nocturnos en Si Mayor y en Mi Mayor, Trío de Mazurcas y Barcarola en Fa sostenido Mayor. Chopin fue un compositor y virtuoso pianista, uno de los más importantes de la historia y uno de los mayores representantes del Romanticismo musical.
