Francia llevó a cabo sus primeros bombardeos aéreos contra el grupo Estado Islámico (EI) en Siria, en nombre de su “seguridad nacional” y tras dos semanas de vuelos de reconocimiento sobre territorio sirio.

El primer ministro francés, Manuel Valls, explicó este domingo que esos bombardeos en Siria se llevan a cabo contra “santuarios de Daesh (acrónimo en árabe de Estado Islámico) donde se forman los que atacan a Francia”.

Poco antes, la presidencia francesa había anunciado en un comunicado que Francia “bombardeó en Siria”, aunque no precisó ni el objetivo ni la localización de esos ataques, los primeros en aquel país.

La operación, en el marco de la “autonomía de acción” francesa pero “en coordinación con (sus) socios de la región”, confirma la determinación de “luchar contra la amenaza terrorista que constituye Daesh”, subrayó la presidencia.

“Bombardearemos cada vez que nuestra seguridad nacional esté en juego”, agregó la nota.

Hasta ahora, Francia no había intervenido militarmente en Siria pues temía que ello sirviera a los intereses del presidente Bashar Al Asad, cuya salida del poder exige París, al considerarlo principal responsable de la guerra en su país.

Pero “las circunstancias han cambiado y no podemos dejar que Siria, principal guarida de Daesh, sea una ángulo muerto en nuestra política en el Levante”, afirmó a mediados de septiembre el ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, para justificar ese cambio de estrategia.

Francia inició el 8 de septiembre los vuelos de reconocimiento sobre Siria. Desde hace un año, lleva a cabo una campaña de bombardeos en el vecino Irak (operación Chamal, con 215 bombardeos y 344 objetivos destruidos, según el Estado mayor).

Según París, que excluye cualquier intervención terrestre, estos bombardeos en Siria tienen como objetivo prevenir actos terroristas en Europa y se justifican por la legítima defensa.

Para Eric Dénécé, director del Centro francés de investigación sobre los servicios de inteligencia (CF2R), el empleo de la fuerza aérea en una estrategia antiterrorista no tiene ningún sentido.

“Decir que se van a impedir ataques terroristas en Francia gracias a unos bombardeos aéreos en Siria es, y peso bien mis palabras, una supina estupidez”, asegura.

En plena crisis de refugiados

Los bombardeos franceses buscan atacar centros de mando, campos de entrenamiento y de logística del grupo yihadista. El anuncio de los primeros vuelos de reconocimiento se produjo en plena crisis de refugiados sirios en Europa, y algunos responsables políticos afirman que los bombardeos contra el EI pueden ayudar a frenar el flujo de migrantes.

Desde hace un año, y hasta el 22 de septiembre, la coalición internacional liderada por Estados Unidos ha bombardeado cerca de 7.000 veces (4.444 sobre Irak y 2.558 sobre Siria), según cifras del mando norteamericano. Un 80% de estos bombardeos fueron llevados a cabo por la aviación de Estados Unidos.

Hasta ahora, esta campaña no ha dado los resultados esperados. En Irak, ninguna ciudad de importancia ha sido recuperada de manos del EI por fuerzas progubernamentales. En Siria, aunque el EI fue contenido en la zona kurda a lo largo de la frontera con Turquía, los yihadistas se apoderaron de Palmira (centro) en mayo y progresan en la región de Alepo (norte).

En el plano diplomático, tras más de cuatro años de sangriento conflicto que ha dejado 240.000 muertos, la situación sigue más que nunca en un punto muerto.

Los países occidentales siguen sin tener una línea clara, mientras que turcos, saudíes y cataríes apoyan a una miríada de grupos rebeldes sunitas enfrentados a Asad, que difícilmente se mantiene pero que goza más que nunca del apoyo de Irán y, sobre todo, de Rusia, cada vez más presente en el escenario sirio.

En fin, según la presidencia francesa, el “caos sirio debe hallar una respuesta global” y la “población civil debe ser protegida contra toda forma de violencia, la de Daesh, la de otros grupos terroristas, así como de los bombardeos mortíferos de Bashar al Asad”.