Hace unos días mientras trabajaba, me llegó el siguiente mensaje de texto a mi celular: “Colegio Médico y Fondo de solidaridad sortean un espectacular BMW entre los afiliados”, lo que me hizo sentir la profunda vergüenza de ver cómo mi colegio profesional seguía abismalmente desvinculado con la realidad.

Es cierto que esto no es nuevo, se arrastra desde antes. Hace un año mientras se discutía la reforma tributaria, en función de la enorme inequidad que el país sustenta, la directiva del Colegio Médico encabezada por el doctor Enrique Paris, decidió lanzar la Fundación de Asesorías Tributarias para Médicos (FATMED) bajo la consigna de que los médicos debíamos cuidarnos de no pagar impuestos de más, o dicho de otra forma, que utilizáramos todas las alternativas legales para pagar menos.

Hoy más que un colegio profesional, y con ello todos los que estamos afiliados, a mi modo de ver, parecemos un reducto que busca perpetuar cierto estatus social y privilegios, donde la Salud es vista como un bien de consumo y no un derecho.

Entonces pensé, ¿sería mucho pedirle al doctor Paris, que el Colegio Médico pudiera canalizar sus esfuerzos en otras preocupaciones como las condiciones generales de la salud pública?, ¿o en caso de querer mantener su trabajo en la esfera de lo gremial, que vele por las situaciones laborales de los médicos de las zonas aisladas que cuentan con escasos recursos para desempeñar su tarea o que veláramos por la realidad de los residentes de especialidad que siguen sin tener calidad de funcionarios y en vez de sueldo reciben un estipendio?

Maribel Fornerod | Agencia Uno

Maribel Fornerod | Agencia Uno

Fue el mismo pensamiento que tuve al ver el ofertón por el auto de lujo: que tal vez podríamos o deberíamos usar esos recursos para financiar a estudiantes de medicina que hoy tienen créditos o mejorar las instalaciones de residencia en muchos de los hospitales en que trabajan o ayudar a algunas postas rurales donde se desempeñan los generales de zona.

Pero siempre puede ser peor. Después de este fin de semana, sólo me queda pedirle doctor Paris que deje de avergonzarnos públicamente y de asumir que sus postulados son los nuestros. Cuando ya creía que su conducción del Colegio no podía generar más daño, aparece una entrevista el domingo 20 de septiembre en el diario El Mercurio, en que dentro del contexto de la anunciada reforma al Sistema de Isapres usted señala “lo que nos preocupa como Colegio Médico, y lo digo francamente, es que las isapres no desaparezcan porque son una fuente de trabajo para los médicos”, como si fuéramos un grupo de profesionales que sólo estamos preocupados de nuestro pellejo y de mantener nuestra situación laboral.

Pero no cualquier situación, sino la de las clínicas y el sector privado, y para lograr enfatizar el mensaje no suficiente con lo primero, el doctor Paris toma luego la vocería de las Isapres, no sólo destacando el rol del actual Presidente, Rafael Caviedes, quien en todos los espacios se ha mostrado en contra a cualquier transformación al sistema, sino que relevando el rol social que las Isapres tienen en el Chile de hoy.

Doctor Paris, colega, la duda que me queda, es por qué si ambos somos médicos podemos llegar a ver dos realidades tan disimiles. Tal vez para usted el hecho de que las Isapres echan a los enfermos y un sistema que se basa en tener a la población más sana posible, donde se castigan las preexistencias, a las personas mayores o las mujeres en edad fértil es parte de la libertad que nos otorga el mercado, y es parte de las reglas del juego porque dudo que no haya escuchado en el ejercicio de sus profesión sobre el tema.

El centro de las Isapres está en el lucro y las utilidades, que sólo el año 2014 subió un 56% respecto al 2013, bordeando los 60.000 millones de pesos ¿ese es para usted el rol social de las isapres? ¿o tal vez se refería a la integración que realizan con las clínicas donde ellas mismas fijan los precios, y esas ganancias no es reflejado como utilidades cerrando el gran negocio de la salud? O por último, a lo mejor el rol social consiste en los más de 4.000 planes que hoy existen, dado que aumentan la posibilidad de opción de los chilenos, pero que hacen inviable para cada persona saber qué es en realidad lo que cada cual tiene.

Con todo esto, ¿sería mucho pedirle doctor Paris salir de la defensa corporativa y pasar al gremio organizado para garantizar la salud? ¿o al menos que llame a un debate interno para que no tenga que arrogarse nuestra opinión sin fundamentos?

Porque hoy más que un colegio profesional, y con ello todos los que estamos afiliados, a mi modo de ver, parecemos un reducto que busca perpetuar cierto estatus social y privilegios, donde la Salud es vista como un bien de consumo y no un derecho, y honestamente no creo que yo ni muchos de mis colegas hayamos estudiado medicina para eso, sino todo lo contrario, muchos decidimos estudiar medicina porque en ella veíamos la forma de ayuda y acompañar a otros y de garantizar que todos tengan la misma salud de calidad que se merecen simplemente por ser personas.

Alberto Larraín | @albertolarrains
Médico
Publicado con autorización del autor

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