Vladimir Putin defendió el martes su estrategia de apoyo al régimen del presidente sirio Bashar al Asad en respuesta a las acusaciones de Washington respecto a un reciente despliegue de material militar y de soldados rusos en el norte de Siria.

Además, el jefe de Estado ruso consideró que la mayoría de los migrantes sirios que intentan llegar a Europa huyen de grupos “radicales”, principalmente del Estado Islámico, y no de los bombardeos del ejército sirio y dijo que si Rusia dejaba de dar su apoyo a Asad, el flujo de refugiados todavía sería más importante.

“Nosotros apoyamos al gobierno sirio en su lucha contra la agresión terrorista, se lo habíamos propuesto y continuaremos ofreciéndole una ayuda militar técnica”, declaró Putin en Dusambé, refiriéndose a los contratos de entrega de armamento firmados con Damasco, que tiene en Rusia uno de sus principales aliados.

Desde hace varios días, Washington acusa a Rusia de reforzar su presencia militar en Siria, particularmente en Latakia (noroeste), uno de los feudos del régimen.

“Si Rusia no apoyara a Siria, la situación en ese país sería todavía peor que en Libia y el flujo de refugiados sería todavía más importante”, afirmó Putin en el marco de una cumbre de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSCE), que reagrupa a varias exrepúblicas soviéticas en Dusambé, Tayikistán.