El Haka, la danza maorí, utilizada como un ritual por los All Blacks, la selección neozelandesa de rugby, tenía como objetivo intimidar a los rivales, pero con el tiempo los beneficios que aporta al equipo han sido cuestionados.

Los neozelandeses se muestran nerviosos en los inicios de los partidos y en el país oceánico se preguntan si la concentración en el Haka les perturba de cara a la estrategia en los primeros compases.

El segunda línea Brodie Retallick lanzó fuera el puntapié inicial en la derrota de los All Blacks ante Australia, que decidió en favor de los Wallabies el último torneo de Cuatro Naciones.

De los últimos veinte test-matches, los All Blacks iban detrás en el marcador en once de ellos en el descanso, para recuperarse en el descanso y ganar 17.

El medio scrum TJ Perenara admite que la adrenalina del Haka le causa a menudo problemas en los inicios de algún partido.

“He cometido errores, tratando de hacer demasiado. Tratando de hacer demasiados tacles y en mi posición no tengo que taclear mucho”, señala.

Por otro lado, nadie parece intimidado por el Haka últimamente. El inglés Martin Bayfield señala que en sus partidos con el XV de la Rosa y los British and Irish Lions el Haka le inspiraba.

- Motivante para los rivales -

“No le encontraba intimidatorio para nada. De hecho era motivante”, afirmó el antiguo segunda línea.

No parece que los All Blacks vayan a renunciar al Haka, sobre todo porque perdería un acto simbólico del equipo.

Richard Light, responsable del la Escuela de Deportes de la Universidad de Canterbury, en Nueva Zelanda, lo describe como “un ritual espectacular que tiene una influencia positiva en la actuación del equipo”.

El antiguo All Black, Maori All Black y jugador de Sevens, Dallas Seymour, no cree que el Haka tenga un efecto adverso y que los jugadores deben saber cómo utilizarlo.

“Puede ser una gran ventaja para nosotros. El ritual ponía mi cabeza y mi corazón en el lugar adecuado. Todo viene por aprender mucho sobre la cultura, aprender cómo usarlo en ese ambiente de la batalla”, afirmó.

“Si los chicos no saben cómo utilizarlo podría afectar a su actuación por un momento. No importa lo que se diga. Hay que utilizar todas las armas que se tienen a mano. No tenemos que excusarnos por ello”, señaló el jugador maorí.

Algunos equipos se motivan y tratan de meter presión a los All Blacks como hizo Francia, cuyos jugadores, en la final del Mundial-2011, que Nueva Zelanda jugó en casa, afirmaron que el Haka les había motivado.

Los galos se adelantaron y encararon a los All Blacks durante el Haka. Al final, la presión pudo a los All Blacks que solo ganaron 8-7.