En 1 de cada 7 casos se debe a cáncer de endometrio. Sin embargo, las razones más frecuentes son atrofia por pérdida de los estrógenos y el uso de terapia de reemplazo hormonal. Ambas causas, que son benignas, representan el 70% de los casos.

La llegada de la menopausia marca un antes y un después en la vida de la mujer y su principal característica es el fin de las menstruaciones por más de un año. Por lo tanto, no es normal que una mujer en esta etapa presente algún tipo de sangrado vaginal.

El Dr. Jorge Brañes, gineco-oncólogo de Red de Salud UC CHRISTUS, explica que las razones más frecuentes de este tipo de sangrado son la atrofia producida por la pérdida de los estrógenos y el uso de terapia de reemplazo hormonal. “Ambas causas son benignas y representan el 70% de hemorragias en la posmenopausia”, comenta.

Entre las causas menos frecuentes y que representan el 5 por ciento destacan las hiperplasias endometriales (aumento de glándulas del endometrio, que puede ser una etapa previa al cáncer); entre otras causas menos frecuentes destacan los pólipos endometriales y endocervicales(10%); y otras de diverso índole como cáncer de cuello uterino, cánceres del cuerpo uterino no endometriales, trauma(10%).

El cáncer de endometrio, en tanto, corresponde al 15% de casos de sangrado en la posmenopausia y consiste en la formación de células malignas en el tejido del endometrio, que es el revestimiento o capa interna del útero.

Cantidad no se relaciona con gravedad

El especialista advierte que el cáncer de endometrio se presenta sin dolor, por lo tanto, el sangrado es el primer síntoma de esta patología.

“Este tipo de sangrado es desordenado, es decir, no tiene periodicidad, puede durar algunos días, parar y luego volver o se puede producir al caminar, hacer fuerza o algún esfuerzo”, detalla.

Además, destaca que la cantidad de sangrado no necesariamente se relaciona con la gravedad de la enfermedad. En algunos casos se puede presentar de manera abundante, lo que en general podría indicar gravedad. Pero también existen casos graves en mujeres que presentaron escasa cantidad de flujo.

El Dr. Brañes comenta que entre el 75 y 80 por ciento se puede detectar en una etapa precoz de la patología, por lo tanto, es curable en un alto porcentaje de los casos.

Factores de riesgo:

- Sobrepeso y obesidad.

- Mujeres con historia de ovario poliquístico y anovulación crónica (sin ovulación por largos períodos).

- Menarquia precoz, es decir, inicio de la menstruación a una edad temprana.

- Menopausia tardía (presentar cese de la regla después de los 55 años).

- Factores hereditarios, tales como familias con alteraciones genéticas conocidas como síndrome Lynch o cáncer de colon no poliposo hereditario, entre otros.

- Tumores productores de estrógenos (tumores funcionantes del ovario).

- El uso de estrógenos solos, es decir, sin progestágeno.