Alemania recibió el domingo con comida, ropa y mantas a miles de inmigrantes, en una ola de solidaridad a la que se sumó el papa Francisco con un llamamiento a las parroquias para acoger a refugiados.

En Alemania, batallones de voluntarios se movilizaron en las estaciones de tren de Fráncfort y Múnich, en el oeste y el sur, para acoger a los migrantes con carteles en los que se leía “Bienvenidos a Alemania” y ofrecerles comida, ropa y mantas.

“La gente nos trata muy bien aquí, nos tratan como a seres humanos, no como en Siria”, dijo con lágrimas en los ojos Mohamad, un sirio de 32 años que tuvo que abandonar la ciudad de Quseir, devastada por la guerra.

La policía alemana prevé este domingo la llegada de 10.000 refugiados, una cifra récord en un sólo día, después de que el sábado llegaran otros 7.000, en su gran mayoría en tren o en autobús.

A media tarde cerca de 6.000 hombres, mujeres y niños ya habían llegado a suelo alemán, en su mayoría en Baviera (sur). Los inmigrantes llegan desde Hungría, que este domingo restableció plenamente el tráfico ferroviario, después de cruzar Austria.

Desde el Vaticano, el papa Francisco también hizo un llamamiento a la solidaridad y pidió a todas las comunidades católicas de Europa a acoger a una familia de refugiados.

“Que cada parroquia, comunidad religiosa, monasterio, santuario de Europa acoja a una familia”, dijo el argentino durante el Ángelus, subrayando que se trata de un “gesto concreto”, en preparación del Jubileo de la Misericordia que se inicia en diciembre.

En una Europa dividida sobre la respuesta que hay que dar a la peor crisis migratoria desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Alemania decidió flexibilizar sus normas de acogida de ciudadanos sirios, que huyen del conflicto en su país.

La República Federal, con un población cada vez más vieja y falta de mano de obra, se ha convertido también en un destino privilegiado para iraquíes, afganos y eritreos.

Respuesta europea común

El canciller austríaco Werner Faymann advirtió no obstante que la decisión del viernes de facilitar la acogida y tránsito de migrantes hacia Alemania sólo puede ser temporal, y que lo que hace falta es “una solución europea común”.

Faymann pidió una cumbre europea extraordinaria sobre migración, inmediatamente después” de la reunión de ministros de Interior de la Unión Europea, prevista el 14 de septiembre.

El gobierno austríaco también pidió a los países de la UE que se doten de reglas comunes sobre la concesión del estatuto de refugiado a estos migrantes, que huyen de conflictos en países como Siria, Irak o Afganistán.

Mientras tanto, en el Mediterráneo, seguían llegando cientos de migrantes desde las costas turcas a las islas griegas del mar Egeo.

En Mitilene, la principal ciudad de la isla de Lesbos, unos desconocidos en moto lanzaron dos cócteles molotov contra unos refugiados sirios que dormían en un parque. Las autoridades mandaron además refuerzos policiales y movilizaron al ejército por una pelea entre sirios, atendidos de forma prioritaria, y afganos, que esperaban ser registrados en un centro de acogida.

Las iniciativas solidarias se suceden en Europa, incluso en el mundo del fútbol. Después del Bayern de Múnich, la Roma anunció que reunirá fondos para la agencia de refugiados de la ONU (Acnur), Save the Children, International Rescue Committee y la Cruz Roja.

En Viena, un convoy de unos cincuenta coches particulares salieron fueron este domingo a Hungría a recoger a inmigrantes para traerlos.

Por su parte el máximo responsable del Acnur, Antonio Guterres, aseguró este domingo que la crisis de los migrantes en Europa se puede gestionar a pesar de los problemas del sistema europeo de asilo.

“El sistema europeo de asilo es profundamente disfuncional, funciona mal. Algunos países concentran todo el esfuerzo y otros casi no hacen ninguno”, dijo en una entrevista con las cadenas francesas RFI y TV5 Monde.

El viernes Acnur había pedido repartir al menos 200.000 demandantes de asilo por los países de la Unión Europea. La Comisión Europea propondrá la semana que viene repartir a 120.000 refugiados entre los Estados miembros.

En Estocolmo, la capital de Suecia, el primer ministro Stefan Löfven pidió un sistema de cuotas “permanente y obligatorio” coincidiendo con una manifestación a favor de los refugiados.