Álvaro Corbalán: el dueño de la noche y asesino de día

Detalle de la portada, Ceibo ediciones (c)
Detalle de la portada, Ceibo ediciones (c)
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El libro “Álvaro Corbalán: El dueño de la noche” es un breve relato sobre la vida nocturna y del espectáculo durante la dictadura en torno a la figura misteriosa y ambivalente de ex-agente y Jefe de Operaciones de la CNI (Central Nacional de Inteligencia, aparato represor se opositores políticos a régimen), condenado a cadena perpetua por múltiples asesinatos y delitos.

Producto de la investigación de Daniel Campusano, Macarena Chinni, Constanza González y Felipe Robledo, el libro de Ceibo Ediciones hace un paralelo entre la vida como agente implacable del principal órgano represor de la dictadura –de día- y la de integrante activo del mundo del espectáculo y la farándula.

Basado en una serie de testimonios, en los que por razones obvias son escasas las de cercanos a Corbalán, el libro logra mostrar el poder que tuvo en su momento la CNI y Corbalán en particular.

Corbalán, que fue pareja de la vedette española Maripepa, figura en diversos programas de televisión, precursora del “destape” y activa de la farándula de la época, tuvo relación con diversos artistas, como Tito Fernández (“El Temucano”), Luis Dimas, Patricia Maldonado, Pedro Messone, Raúl de Blasio el Pollo Fuentes, Gloria Simonetti y tantos más. Artistas que el texto deja en un terreno nebuloso entre un oportunismo descarado, la ingenuidad y el temor, salvo contadas excepciones que se declaran pinochetistas (Maldonado).

El libro es muy interesante desde muchos ángulos: logra mostrar la figura siniestra y ambivalente de Corbalán, el poder brutal de éste y de la CNI, el rol de los medios –censura y autocensura- en especial de la televisión de esos años y el mundo del espectáculo de la época.

Pero en particular, el libro a través de los relatos, testimonios y antecedentes que aporta habla de la “naturaleza humana”, con sus miedos, vanidades, rabias y tanto más.

Y todo lo anterior lo hace desde un ámbito –el espectáculo, la farándula- que parece secundario, irrelevante, apolítico…

Más que recomendable.

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El libro “Álvaro Corbalán: El dueño de la noche” es un breve relato sobre la vida nocturna y del espectáculo durante la dictadura en torno a la figura misteriosa y ambivalente de ex-agente y Jefe de Operaciones de la CNI (Central Nacional de Inteligencia, aparato represor se opositores políticos a régimen), condenado a cadena perpetua por múltiples asesinatos y delitos.

Producto de la investigación de Daniel Campusano, Macarena Chinni, Constanza González y Felipe Robledo, el libro de Ceibo Ediciones hace un paralelo entre la vida como agente implacable del principal órgano represor de la dictadura –de día- y la de integrante activo del mundo del espectáculo y la farándula.

Basado en una serie de testimonios, en los que por razones obvias son escasas las de cercanos a Corbalán, el libro logra mostrar el poder que tuvo en su momento la CNI y Corbalán en particular.

Corbalán, que fue pareja de la vedette española Maripepa, figura en diversos programas de televisión, precursora del “destape” y activa de la farándula de la época, tuvo relación con diversos artistas, como Tito Fernández (“El Temucano”), Luis Dimas, Patricia Maldonado, Pedro Messone, Raúl de Blasio el Pollo Fuentes, Gloria Simonetti y tantos más. Artistas que el texto deja en un terreno nebuloso entre un oportunismo descarado, la ingenuidad y el temor, salvo contadas excepciones que se declaran pinochetistas (Maldonado).

El libro es muy interesante desde muchos ángulos: logra mostrar la figura siniestra y ambivalente de Corbalán, el poder brutal de éste y de la CNI, el rol de los medios –censura y autocensura- en especial de la televisión de esos años y el mundo del espectáculo de la época.

Pero en particular, el libro a través de los relatos, testimonios y antecedentes que aporta habla de la “naturaleza humana”, con sus miedos, vanidades, rabias y tanto más.

Y todo lo anterior lo hace desde un ámbito –el espectáculo, la farándula- que parece secundario, irrelevante, apolítico…

Más que recomendable.