No sólo la trama y las actuaciones ayudan a que una serie pase a la historia de la televisión, la ropa suele tener un impacto importante en la audiencia, ya que permite que el público pueda identificarse con los personajes.
Por esta y muchas otras razones el diseño de vestuario ha ido cobrando cada vez mayor importancia en la industria, dando a estos artistas una responsabilidad mayor, ya que una decisión incorrecta podría llegar a costar el éxito de la producción.
Según Ann Foley, diseñadora a cargo de la serie Marvel Agents of S.H.I.E.L.D., uno de sus secretos es vestir al personaje para la tarea que tienen que hacer y no sólo para lucir bien. “El reto en general para cualquier rol es crear una imagen que sea fiel a lo que son como personas”, señaló al portal de moda norteamericano Fashionistas.com. “Siempre trató de asegurarme que todos se puedan mover libremente en sus trajes”, agregó.
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Esta necesidad obliga a que los diseñadores deban barajar una gran cantidad de opciones hasta poder encontrar la más adecuada. Estas pueden variar desde un diseño original a otro de una importante casa de moda, pasando por uno reciclado e incluso trajes confeccionado para otras producciones.
Sin embargo, esta enorme cantidad de prendas tiene sólo un dueño y es el estudio a cargo del programa. Ellos documentan, fotografían, etiquetan y almacenan cada pieza que llega al set, la que luego es meticulosamente inventariada cuando la serie llega a su fin. Por raro que parezca, este proceso no involucra al equipo de vestuario, sino al departamento de contabilidad.
Muchos podrían pensar que los actores tienen la opción de poder llevarse alguna prenda como recuerdo, sin embargo, eso está estrictamente prohibido. Nadie puede sacarlas del set ni menos llevarlas a casa. “Bueno, se supone que no pueden hacerlo (…) dejémoslo así”, señaló al mismo portal la diseñadora Meredith Markworth-Pollack, conocida por su trabajo en la serie Reign.
Por supuesto cada regla tiene una pequeña excepción, y en este caso la excepción fue Sarah Jessica Parker y su contrato. “Cuando estaba trabajando en Sex and the city, Sarah Jessica tenía un acuerdo que le permitía poder quedarse con algunas cosas”, explicó Eric Daman, diseñador de vestuario de dicho programa, quien agrega en ese momento todos comentaban que la colección de zapatos de Jimmy Choo, Valentino y Manolo Blahnik fueron a parar a la casa de Parker.
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Ideas creativas
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La gran cantidad de atuendos y accesorios requeridos, hace imposible que puedan ser siempre confeccionados desde cero por lo que una práctica habitual es pedir las prendas en préstamo, tal como ocurrió con el vestido rojo de Oscar de la Renta usado por Blair Waldorf en uno de los episodios de Gossip Girl. Tras la grabación de la escena, el diseño fue enviado de regreso a su dueño.
Asimismo, cuando se ha invertido en el vestuario, los estudios no quieren perder ese dinero y los almacenan para luego usarlos en otras producciones. En tanto, las prendas más características de los personajes y que tienen cierta historia, suelen ser puestas en exhibiciones de dichas empresas, como ocurre con los trajes de la serie Once Upon a Time, las que se encuentran disponibles en una muestra en Disney.
Además, cada cierto tiempo realizan grandes ventas públicas, a las que otras producciones y personas comunes pueden acceder. La diseñadora Jenn Rogien, conocida por su trabajo en Girls y Orange is the New Black, fue una de las profesionales que aprovechó una de estas oportunidades. Durante el 2009 cuando trabajó como diseñadora asociada de la serie Kings de NBC, descubrió en estos lugares una fuente de opciones, especialmente con uno de los actores que debido a su porte no le era fácil encontrar atuendos adecuados. “Él estaba feliz cuando pudimos comprar varios trajes ya confeccionados. Los pudo usar para su vida diaria y para audiciones”, agregó.
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Estas ventas permiten que los propios diseñadores puedan comprar y recuperar sus diseños, tal como ocurrió con la ganadora del Emmy por su trabajo en la serie The Tudors, Joan Bergin, quien logró rescatar cerca de 50 trajes. “No podía soportar separarme de las piezas, Había invertido mucho trabajo en ellos”, reconoció.
La profesional almacenó sus diseños en una pequeña tienda en Dublín donde los alquiló. “He arrendado algunos (…) pero en muchas formas eran tan distintivos que la gente dudaban en llevarlos”, explicó. Hoy los mantiene en exhibición para promover y mostrar los altos estándares de los diseñadores de Irlanda y de la artesanía del lugar.
Otro recurso usado por el departamento es vestuario, es que cuando una serie termina y otra comienza, se reciclan las prendas sin importar el tiempo que haya pasado entre una producción y la otra. Este fue el caso de Daman, quien estaba terminando su trabajo en Gossip Girl cuando apareció The Carrie Diaries. En la precuela de Sex and the city, es posible ver algunas prendas usadas por Blair en la joven Carrie Bradshaw. New Girl, Glee y Marry Me también mostraron ejemplos de reciclaje.
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