Los oscuros eventos que llevaron a Peter Gabriel a componer la lóbrega “Mercy Street”

So | Peter Gabriel
So | Peter Gabriel
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Para los amantes de la música pop, Peter Gabriel es recordado como el autor de las pegajosas Sledgehammer y Steam, o de la dulzona Solsbury Hill, tan usada en bandas sonoras de películas. Sin embargo, quienes han seguido la trayectoria de este músico británico desde su salida de Genesis hasta nuestros días, saben que en su repertorio se caracteriza por los temas enigmáticos y difíciles de descifrar.

Entre ellos, pocos resultan tan abrumadores como Mercy Street.

Compilada en su exitoso álbum So de 1986, este tema de poco más de 6 minutos se extiende cadencioso sobre una base de percusiones y notas oscuras, que -reproducidas en el ambiente adecuado- nos dan escalofríos, como si recorriéramos las solitarias calles de un pueblo fantasma.

Y eso es precisamente de lo que trata: de uno del cual sólo la muerte te permite escapar.

Pero para comprenderlo a plenitud, antes debemos conocer a Anne. Su única habitante.

En búsqueda de la piedad

Sin pretenderlo en absoluto, Anne Sexton se convirtió en una de las poetisas más influyentes y controversiales del siglo XX. La menor de 3 hermanos de una familia adinerada de Massachusetts en 1928, esta mujer de penetrantes ojos claros y cuya belleza incluso le permitió trabajar como modelo, parecía estar destinada a una vida de comodidades.

Anne Sexton

Anne Sexton

Muy lejos de ello, desde su infancia estuvo atormentada por la sombra de las enfermedades mentales, incluyendo severos episodios de depresión que derivaron en cuadros psicóticos cuando tenía apenas 26 años de edad, los que la llevaron a ser internada en instituciones médicas, luego de intentar suicidarse en numerosas ocasiones.

Buscando ayuda en la por entonces incipiente rama de la psiquiatría, fue animada en 1955 por uno de sus terapeutas, el doctor Martin Orne, a intentar plasmar en la escritura sus delirios.

Tímidamente -al punto que le pidió a un amigo que la acompañara en su primera clase- Sexton se enroló en un taller de poesía, donde por fin encontró una válvula de escape para sus demonios internos. A partir de entonces sus escritos se multiplicaron hasta superar las 1.000 páginas, convirtiéndose en una de las principales exponentes de la llamada poesía confesional, un controvertido género donde la autora desnudaba por completo su intimidad.

“Ella escribía abiertamente sobre la menstruación, el aborto, la masturbación, el incesto, el adulterio o la adicción a las drogas en tiempos en que ninguno de estos temas podía considerarse propio de la poesía”, afirmaba su colega y amiga Maxine Kumin, en la biografía de Sexton que publicó sobre ella Steven Colburn.

El filo de su pluma la llevaron a ser publicada en numerosas revistas y libros, llegando a ganar el preciado premio Pulitzer e invitada a conformar el jurado de las posteriores entregas.

“Tenía una especie de yo enterrado que desconocía que sabía hacer algo más que salsas y cambiar pañales. Era una víctima del sueño americano”, declaró Sexton según recoge el diario español El País.

En 1969 y en colaboración con un grupo de músicos de jazz-rock bautizados apropiadamente como “Her Kind” (De su tipo) que ponían ritmo a sus obras, compuso 45 Mercy Street, en la cual regresaba a su juventud intentando llenar sin éxito los traumas de su pasado.

En mis sueños,
Llegando hasta la médula de mis huesos,
En mis verdaderos sueños,
Recorro Beacon Hill en busca del nombre de una calle,
Llamada Mercy Street (Calle Piedad).
Pero no está ahí.

Pruebo en la zona de Back Bay,
Pero no está ahí.
No está ahí.
Sin embargo conozco la dirección.
El 45 de Mercy Street.
Conozco las ventanas de vidrio templado del vestíbulo,
Las tres plantas de la casa con sus pisos de parquet,
[...] Los conozco bien.
Sólo que no está ahí
“.

Aunque profesionalmente las cosas parecían marchar bien para Anne Sexton, su vida personal seguía sumida en el desastre. El alcoholismo, las rencillas familiares, la separación de su marido -con quien vivieron varios episodios de violencia- e incluso la acusación de intento de abuso sexual en contra de una de sus hijas, acabaron por pasarle la cuenta.

La tarde del 4 de octubre de 1974, se pondría el abrigo de piel que heredó de su madre, tomaría un tercer vaso de vodka y cerraría las puertas del garaje de su casa. Luego puso en marcha su elegante automóvil Cougar de color rojo e invocó a la muerte, quien se la llevó en una nube de monóxido de carbono.

Fue su quinto intento de suicidio, esta vez exitoso. Tenía 45 años.

Peter Gabriel y su cara a cara con la muerte

Peter Gabriel | Rolling Stone

Peter Gabriel | Rolling Stone

El músico británico conoció los trabajos de Sexton cuando esta ya había fallecido. Le impresionó que la poetisa no escribiera para un público, sino para ella misma, al punto que instruir expresamente que sus últimos poemas, escritos un año antes de su suicidio, no debían publicarse antes de su muerte.

Gabriel, que ya había dedicado su tercer álbum en solitario casi por completo a las vicisitudes de los problemas mentales, quedó prendado por la prosa de Sexton. Sin embargo, él mismo tendría que sentir de cerca el paso de la muerte para dar nacimiento a su tema.

Durante una entrevista con la prestigiosa revista de música Mojo, en septiembre de 2013, el ex líder de Genesis contó una de las experiencias más traumáticas que le tocó vivir durante los muchos vuelos que había tomado en la década del 80. Irónicamente, este no era de trabajo, sino que pretendía ser de vacaciones.

“La (ahora extinta) aerolínea Pan Am tenía un programa de kilómetros premio para viajeros frecuentes. Como yo había superado los 160 mil kilómetros, canjeé un boleto para ir de Los Ángeles a Río de Janeiro. Desde luego, la trampa era que uno tenía que viajar en clase económica”, relata el músico.

Recordemos que esta era la época previa al comercialmente exitoso So, cuando Gabriel no sólo era un músico de nicho, sino que había quebrado financieramente tras organizar el festival de música internacional, WOMAD.

“En el camino saludé a Verdine White, bajista de Earth Wind & Fire, quien viajaba en primera clase. Poco después del despegue, el capitán nos habló por los parlantes para anunciar que la nave tenía problemas con su tren de aterrizaje, por lo que tendríamos que volar sobre el Pacífico para gastar combustible y luego realizar un aterrizaje de emergencia”, añade.

“Todos a bordo estábamos muy asustados. Algunos comenzaron a escribir cartas de despedida para sus familias. Incluso yo escribí algunas palabras. Entonces Verdine vino a verme desde primera clase y, con una voz muy profunda me dijo: “Reza, hermano”.

“Gracias a Dios, el piloto logró que aterrizáramos a salvo. Al día siguiente tomé otro vuelo hacia Río, donde me encontré con el baterista Djalma Correa. Trabajé algunas ideas con él que más tarde darían forma a lo que es Mercy Street“, confidencia el artista.

Gabriel logró sobrevivir, y quiso que Sexton fuera con ella, dándole en su canción un epílogo distinto, más propio del sueño final que esta atormentada poetisa merecía.

Anne y su padre ya están sobre el bote,
Remontando las aguas,
Remontando las olas,
Sobre el mar
“.

Mira aquí la interpretación en vivo de Peter Gabriel que realizó el músico durante su gira de promoción de So en 1987, famosa por la intensidad con la cual la recreaba sobre el escenario.

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Para los amantes de la música pop, Peter Gabriel es recordado como el autor de las pegajosas Sledgehammer y Steam, o de la dulzona Solsbury Hill, tan usada en bandas sonoras de películas. Sin embargo, quienes han seguido la trayectoria de este músico británico desde su salida de Genesis hasta nuestros días, saben que en su repertorio se caracteriza por los temas enigmáticos y difíciles de descifrar.

Entre ellos, pocos resultan tan abrumadores como Mercy Street.

Compilada en su exitoso álbum So de 1986, este tema de poco más de 6 minutos se extiende cadencioso sobre una base de percusiones y notas oscuras, que -reproducidas en el ambiente adecuado- nos dan escalofríos, como si recorriéramos las solitarias calles de un pueblo fantasma.

Y eso es precisamente de lo que trata: de uno del cual sólo la muerte te permite escapar.

Pero para comprenderlo a plenitud, antes debemos conocer a Anne. Su única habitante.

En búsqueda de la piedad

Sin pretenderlo en absoluto, Anne Sexton se convirtió en una de las poetisas más influyentes y controversiales del siglo XX. La menor de 3 hermanos de una familia adinerada de Massachusetts en 1928, esta mujer de penetrantes ojos claros y cuya belleza incluso le permitió trabajar como modelo, parecía estar destinada a una vida de comodidades.

Anne Sexton

Anne Sexton

Muy lejos de ello, desde su infancia estuvo atormentada por la sombra de las enfermedades mentales, incluyendo severos episodios de depresión que derivaron en cuadros psicóticos cuando tenía apenas 26 años de edad, los que la llevaron a ser internada en instituciones médicas, luego de intentar suicidarse en numerosas ocasiones.

Buscando ayuda en la por entonces incipiente rama de la psiquiatría, fue animada en 1955 por uno de sus terapeutas, el doctor Martin Orne, a intentar plasmar en la escritura sus delirios.

Tímidamente -al punto que le pidió a un amigo que la acompañara en su primera clase- Sexton se enroló en un taller de poesía, donde por fin encontró una válvula de escape para sus demonios internos. A partir de entonces sus escritos se multiplicaron hasta superar las 1.000 páginas, convirtiéndose en una de las principales exponentes de la llamada poesía confesional, un controvertido género donde la autora desnudaba por completo su intimidad.

“Ella escribía abiertamente sobre la menstruación, el aborto, la masturbación, el incesto, el adulterio o la adicción a las drogas en tiempos en que ninguno de estos temas podía considerarse propio de la poesía”, afirmaba su colega y amiga Maxine Kumin, en la biografía de Sexton que publicó sobre ella Steven Colburn.

El filo de su pluma la llevaron a ser publicada en numerosas revistas y libros, llegando a ganar el preciado premio Pulitzer e invitada a conformar el jurado de las posteriores entregas.

“Tenía una especie de yo enterrado que desconocía que sabía hacer algo más que salsas y cambiar pañales. Era una víctima del sueño americano”, declaró Sexton según recoge el diario español El País.

En 1969 y en colaboración con un grupo de músicos de jazz-rock bautizados apropiadamente como “Her Kind” (De su tipo) que ponían ritmo a sus obras, compuso 45 Mercy Street, en la cual regresaba a su juventud intentando llenar sin éxito los traumas de su pasado.

En mis sueños,
Llegando hasta la médula de mis huesos,
En mis verdaderos sueños,
Recorro Beacon Hill en busca del nombre de una calle,
Llamada Mercy Street (Calle Piedad).
Pero no está ahí.

Pruebo en la zona de Back Bay,
Pero no está ahí.
No está ahí.
Sin embargo conozco la dirección.
El 45 de Mercy Street.
Conozco las ventanas de vidrio templado del vestíbulo,
Las tres plantas de la casa con sus pisos de parquet,
[...] Los conozco bien.
Sólo que no está ahí
“.

Aunque profesionalmente las cosas parecían marchar bien para Anne Sexton, su vida personal seguía sumida en el desastre. El alcoholismo, las rencillas familiares, la separación de su marido -con quien vivieron varios episodios de violencia- e incluso la acusación de intento de abuso sexual en contra de una de sus hijas, acabaron por pasarle la cuenta.

La tarde del 4 de octubre de 1974, se pondría el abrigo de piel que heredó de su madre, tomaría un tercer vaso de vodka y cerraría las puertas del garaje de su casa. Luego puso en marcha su elegante automóvil Cougar de color rojo e invocó a la muerte, quien se la llevó en una nube de monóxido de carbono.

Fue su quinto intento de suicidio, esta vez exitoso. Tenía 45 años.

Peter Gabriel y su cara a cara con la muerte

Peter Gabriel | Rolling Stone

Peter Gabriel | Rolling Stone

El músico británico conoció los trabajos de Sexton cuando esta ya había fallecido. Le impresionó que la poetisa no escribiera para un público, sino para ella misma, al punto que instruir expresamente que sus últimos poemas, escritos un año antes de su suicidio, no debían publicarse antes de su muerte.

Gabriel, que ya había dedicado su tercer álbum en solitario casi por completo a las vicisitudes de los problemas mentales, quedó prendado por la prosa de Sexton. Sin embargo, él mismo tendría que sentir de cerca el paso de la muerte para dar nacimiento a su tema.

Durante una entrevista con la prestigiosa revista de música Mojo, en septiembre de 2013, el ex líder de Genesis contó una de las experiencias más traumáticas que le tocó vivir durante los muchos vuelos que había tomado en la década del 80. Irónicamente, este no era de trabajo, sino que pretendía ser de vacaciones.

“La (ahora extinta) aerolínea Pan Am tenía un programa de kilómetros premio para viajeros frecuentes. Como yo había superado los 160 mil kilómetros, canjeé un boleto para ir de Los Ángeles a Río de Janeiro. Desde luego, la trampa era que uno tenía que viajar en clase económica”, relata el músico.

Recordemos que esta era la época previa al comercialmente exitoso So, cuando Gabriel no sólo era un músico de nicho, sino que había quebrado financieramente tras organizar el festival de música internacional, WOMAD.

“En el camino saludé a Verdine White, bajista de Earth Wind & Fire, quien viajaba en primera clase. Poco después del despegue, el capitán nos habló por los parlantes para anunciar que la nave tenía problemas con su tren de aterrizaje, por lo que tendríamos que volar sobre el Pacífico para gastar combustible y luego realizar un aterrizaje de emergencia”, añade.

“Todos a bordo estábamos muy asustados. Algunos comenzaron a escribir cartas de despedida para sus familias. Incluso yo escribí algunas palabras. Entonces Verdine vino a verme desde primera clase y, con una voz muy profunda me dijo: “Reza, hermano”.

“Gracias a Dios, el piloto logró que aterrizáramos a salvo. Al día siguiente tomé otro vuelo hacia Río, donde me encontré con el baterista Djalma Correa. Trabajé algunas ideas con él que más tarde darían forma a lo que es Mercy Street“, confidencia el artista.

Gabriel logró sobrevivir, y quiso que Sexton fuera con ella, dándole en su canción un epílogo distinto, más propio del sueño final que esta atormentada poetisa merecía.

Anne y su padre ya están sobre el bote,
Remontando las aguas,
Remontando las olas,
Sobre el mar
“.

Mira aquí la interpretación en vivo de Peter Gabriel que realizó el músico durante su gira de promoción de So en 1987, famosa por la intensidad con la cual la recreaba sobre el escenario.