Se acerca el 18 y con ello la época de los tan ricos asados, en que la parrilla hace su más notable aparición, transformándose en la reina indiscutida de esta festividad.

Sin embargo, para disfrutar a plenitud de un rico trozo de carne junto a tu familia y amigos, hay que tomar ciertas precauciones, algunas de las cuales el matrimonio británico compuesto por Roland Wessling y Hazel Woodhams pasó por alto, terminando con la vida de la mujer mientras estaban acampando.

Al despertar el hombre se volteó a ver a su compañera, e inmediatamente se dio cuenta que ésta ya no respiraba. Sin embargo, no sabía que el causante de tal tragedia estaba dentro de la carpa con ellos.

Todo ocurrió en 2011 cuando Hazel y Roland decidieron pasar más tiempo acampando, y por tal motivo compraron una carpa nueva. Oportunidad en que Hazel cumplió 30 años y para celebrarlo la pareja se fue a la zona campestre de Broads en el condado inglés de Norfolk a pasar unos días.

“Estuvimos todo el tiempo cocinando bien y de forma segura fuera de la carpa”, explicó Roland en una entrevista publicada por el medio BBC Mundo. “Sin embargo, varias horas después decidimos meter la parrilla en la carpa para protegerla de la lluvia y de un posible robo”, añadieron.

“Al tocarla estaba helada. No le salía humo, parecía totalmente inactiva. La pusimos en la entrada de la carpa y simplemente nos acostamos a dormir”, sostuvo.

Sin embargo, el carbón no se apagó de forma correcta, por lo que, mientras dormían se había producido una fuga de monóxido de carbono, un gas inodoro e incoloro, proveniente de la parrilla que habían utilizado para hacer una rica barbacoa. Pese a que el fuego estaba apagado, el gas que siguió en el ambiente los intoxicó y acabó con la vida de su esposa.

Frente a esta tragedia hay que indicar que la mitad de la población a nivel mundial utiliza combustibles básicos a base de carbono como carbón, madera o estiércol para cocinar en el campo y calentar sus hogares.

Para la mayoría de nosotros los peligros de estar demasiado cerca de un fuego al aire libre son evidentes, pero muchos no saben la amenaza potencialmente fatal de un combustible de carbón que se ha quemado.

Roland y Hazel antes del accidente

Roland y Hazel antes del accidente

Primero auxilios

En caso de quedarse dormido cerca de la parrilla en un lugar con poca ventilación, lo primero que se debe hacer es administrar oxígeno puro al cuerpo, el cual logra desplazar al monóxido de carbono de la hemoglobina; algo necesario en los primeros minutos de la intoxicación. Esto se hace normalmente utilizando una sencilla máscara de oxígeno.

Sin embargo, y debido a la gravedad de Roland se le ofreció terapia de oxígeno hiperbárica que consiste en hacer llegar el oxígeno a alta presión y que, según los especialistas, ayuda a reducir la inflamación e impide daños cerebrales a largo plazo.

Asimismo, existe un tratamiento en base a una cámara hiperbárica que consiste en que los pacientes se sientan en un cámara de oxígeno presurizada del tipo originalmente usada por buzos con enfermedad por descompresión. En dicha instancia se le administra a los pacientes oxígeno bajo presión por 30 minutos, luego tiene un descanso para respirar aire normal y para terminar una sesión más de oxígeno”, explicar el doctor Pieter Bothma, director médico de la Unidad Hiperbárica del hospital londinense Whipps Cross.

Recomendaciones al hacer un asado

Como ya se viene el verano y aumenta el número de personas que se va a acampar, expertos recomiendan que es fundamental que se cocine alejados de la carpa en la que se dormirá, ya que, si por accidente el monóxido de carbón se inhala, entra en el torrente sanguíneo y se enlaza a la hemoglobina en los glóbulos rojos, reemplazando y bloqueando a las moléculas de oxígeno.

En niveles extremadamente altos, como en el caso de Roland y Hazel, este gas tóxico puede reemplazar rápidamente a casi todo el oxígeno presente en nuestro cuerpo, asfixiando a las víctimas.

El cerebro es especialmente vulnerable y la falta de oxígeno puede destruir sus células en apenas cuatro minutos. Las personas que sobreviven pueden sufrir el empeoramiento de los efectos en los días y semanas siguientes.

Del mismo modo, se presentan síntomas como dificultades con la concentración, audición y la visión, además de efectos en el estado de ánimo que incluyen ansiedad y depresión.

Además se insta a tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

Ventilar la casa de forma permanente y prestar cuidado si alguien en la casa se enferma por problemas respiratorios.

Revisar bien los conductos de gases tóxicos que den señales de un posible escape: marcas ennegrecidas alrededor de los calentadores o las estufas de gas.

Si una habitación tiene una chimenea de gas o un calentador de parafina, es preferible no dormir allí.

Asegurarse de que la cocina tenga un extractor de humo para así no sufrir las consecuencias de un producto en mal estado.