La actriz estadounidense Megan Fox presentó el viernes pasado la demanda de divorcio contra su esposo, Brian Austin Green, ex integrante de la serie Beverly Hills 90210. La decisión la tomó luego de 11 años de relación -cinco de ellos como matrimonio- y dos hijos en común.

La protagonista de Transformers inició los trámites ante la Corte Superior de justicia de Los Ángeles, alegando “diferencias irreconciliables” con el actor. Según se especula en los medios de espectáculos internacionales, desde hace meses la pareja habría tenido “muchas discusiones y peleas sobre el tiempo que ella pasaba en casa”.

El éxito de la actriz no sólo habría afectado su matrimonio, sino que ahora también lo haría con su bolsillo. De acuerdo a lo informado por el portal TMZ, Fox deberá pagar a Green un alta pensión mensual (más una indemnización de 72 millones de dólares, según se rumorea) debido a que el artista sufriría de una condición médica que le impide trabajar y a que los ingresos de ella son bastante más altos.

El artículo señala que en diciembre pasado la pareja tuvo un accidente en auto provocado por un conductor ebrio, y aunque no resultaron gravemente lesionados, el choque sí provocó la aparición de Vértigo en el actor, una enfermedad que afecta el equilibrio y que le impediría trabajar normalmente.

Anger Management fue el último trabajo del artista, mientras que su ex esposa se encuentra en pleno rodaje de una nueva edición de Las Tortugas Ninjas y además pronto estrenará Zeroville, junto a James Franco.

Fox, de 29 años, y Green, de 42, se conocieron en 2004 durante el rodaje de la serie “Hope & Faith”. Tras seis años de noviazgo se casaron en la isla hawaiana de Maui. La pareja tuvo a su primer hijo, Noah, en 2012 y dos años más tarde dio la bienvenida a Bodhi.