La pérdida de pelo no sólo afecta a humanos. Nuestro minino puede enfrentarla diariamente en menor proporción. Sin embargo, cuando esta caída es mayor y se ven afectadas partes específicas de su cuerpo y se asocia a lamido o rascado excesivo, puede significar que algo no anda bien.

Esta pérdida puede ser provocada, entre otros factores, por una alergia alimentaria no diagnosticada, lo que también puede producir vómitos, diarreas, descamación y, en ciertos casos, inflamación de los párpados, de los labios y los folículos pilosos.

Cuando se detectan estos síntomas, se debe recurrir inmediatamente a un veterinario, quien podrá determinar si se debe a una alergia o intolerancia alimentaria, conceptos que tienden a ser asociados, pero no significan lo mismo.

En caso de alergia a ciertos componentes de la dieta, se deben entregar alimentos que no contengan lo que está provocando la alergia. Si ésta persiste, será necesario dar al felino un alimento especial, compuesto por una fuente de proteína de bajo peso molecular, como los alimentos hidrolizados, que al tener proteínas de un menor tamaño, el sistema inmunológico no los reconoce como extraño y no genera la alergia.

En la situación, en que el animal presenta una intolerancia alimentaria (distinto a la alergia alimentaria), se debe eliminar definitivamente de la dieta del felino el compuesto que ocasiona el malestar, ya que estos pueden estar relacionados a fármacos, enzimas, bacterias, toxinas, que estén en lo que consume el gato.

“Para ambos casos se puede recurrir a alimentos hipoalergénicos con proteínas altamente hidrolizadas, diseñados especialmente para tratar cualquiera de estas dos enfermedades. Es necesario que sea el médico veterinario quien pueda identificar si es una intolerancia o alergia a algún alimento y recomendar el tratamiento más indicado”, comenta Viviana Estadella, Médico Veterinario de Royal Canin.

Estos síntomas pueden aparecer a cualquier edad, por lo que hay que estar atento diariamente a cambios en el pelaje de nuestro gato.

Alimentos prohibidos

Si bien pueden presentar diversas reacciones a diferentes tipos de alimentos, hay comidas de consumo humano que el felino no debe consumir por ningún motivo. Entre ellos se cuentan los quesos fermentados, embutidos, atún enlatado, tomate, mariscos y chocolate.

“Se debe tener especial cuidado sobre el almacenamiento de la comida de nuestro gato, puesto que un producto mal guardado puede generar la aparición de hongos y toxinas, como también la fermentación u oxidación del alimento, lo que afectará directamente a su calidad y características nutricionales. Se debe tener mucho cuidado con las condiciones de almacenamiento del alimento”, señala Viviana Estadella.