El preso palestino Mohamed Allan puso fin este jueves a dos meses de huelga de hambre que pusieron su vida en peligro y suscitaron un intenso debate sobre las condiciones de su detención en Israel, indicó su abogado.

“Mohamed Allan recuperó el conocimiento y ya no está en huelga de hambre”, dijo Jamil al Jatib, tras haber visitado a su cliente en el hospital de Ashkelon, en el oeste de Israel.

Tras días de tensiones, el Tribunal Supremo israelí decidió el miércoles suspender “por ahora” la detención sin inculpación de Allan y mantenerlo en cuidados intensivos.

La detención administrativa es un régimen extrajudicial que permite a las autoridades israelíes detener a un sospechoso por un periodo de seis meses, renovable, sin necesidad de inculpación.

Poco antes, sus médicos le habían inducido un coma artificial, indicó una portavoz del hospital, por lo que Allan desconocía la decisión judicial. El martes había salido de un primer coma en el que entró a finales de la semana pasada.

Unos soldados israelíes detuvieron en noviembre de 2014 a Allan, un abogado de 31 años, que inició su huelga de hambre el 18 de junio para protestar contra la prolongación de su detención administrativa.

El Yihad Islámico, un grupo considerado como “terrorista” por Israel, lo presenta como uno de los suyos.

El Tribunal Supremo no aclaró el miércoles si Allan será puesto de nuevo en detención administrativa si se recupera, y tan solo especificó que el Estado se mostró dispuesto a liberarlo si hubiera sufrido daños irreversibles.