Tras la película de los Minions en el cine, han aparecido una serie de teorías respecto al origen que tendrían estos personajes, sin embargo hasta ahora ninguno ha logrado darle seriedad a su investigación.

Fue justamente lo que hicieron dos estudiantes de la Universidad de Leicester (Inglaterra), quienes publicaron un artículo en la revista universitaria del Centro de Ciencias Interdisciplinarias (CIS), donde se compara la estructura genética de los humanos con estos amarillas criaturas.

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Según publica el diario británico The Independent, los autores –Krisho Manoharan y Ruth Sang Jones– tomaron en consideración los datos evolutivos otorgados por la misma película, en la que se decía que nacieron hace 400 millones de años.

Es así como observando el desarrollo de sus ojos, su capacidad lingüística y la pigmentación de la piel amarilla, dieron con cuatro factores de “su genoma” que les permite decir que son ascendientes de los humanos.

- Genes homeóticos: son los encargados del desarrollo del organismo, los que tomando en cuenta el tamaño de los Minions, podrían estar sufriendo de hipocondroplasia, una forma de enanismo tanto en estatura como en extremidades. Este mal puede generar desproporciones como le ocurre a estos personajes con un cráneo mayor y brazos cortos. En este caso el gen FGFR3 habría sufrido mutaciones.

- Gen PAX6: responsable del desarrollo del cerebro y el ojo, su mutación explicaría que tengan sólo uno y con la necesidad de ver adecuadamente a través de un gran lente.

- Gen FoxP2: necesario para el desarrollo adecuado del habla y el lenguaje, éste explicaría su escaso vocabulario que a pesar de ser limitado, logra imitar el sonido que emiten las personas, siendo así un primario lenguaje humano.

- Gen cromatófaro: este gen está a cargo de la pigmentación de los animales, los que en esta ocasión explicarían su color amarillo.

Con lo anterior, la dupla próximos científicos afrman que los Minions son “muy parecidos a los humanos en su estructura y comportamiento” y recuerdan que llegaron “por primera vez a la tierra, al mismo tiempo que los tetrápodos (los primeros vertebrados de cuatro extremidades)”.

Asimismo, se atrevieron a dar los siguientes pares de bases de ADN de su código genético: 180 × 235 = 42, 300 bp.

Si bien la teoría sólo se queda ahí pues estos personajes no existen en la realidad, el doctor y académico de la Universidad de Leicester, Cheryl Hurkett, valoró la forma en que los estudiantes aplicaron lo aprendido, pues ser científico es agarrar toda la información que se dispone y aplicar los conocimientos y técnicas repasadas para dar con una conclusión posible.

“Los animo a ser tan creativos como sea posible con sus temas de investigación, siempre y cuando puedan utilizar datos, teorías y cálculos científicos”, explicó.