Extrañeza causó esta semana cuando autoridades de Los Ángeles, California, decidieron cubrir con pelotas negras de plástico una de las principales lagunas de la ciudad.

No es un experimento de física, sino una iniciativa con la que se pretende mejorar la calidad del agua que se consume a diario en aquella metrópolis, evitando que el líquido se evapore en un periodo en que la zona pasa por unas de las peores escasez de agua de la historia.

La laguna contempló alrededor de 66 millones de pelotas en tono oscuro, denominadas “shade balls” (bolas de sombra) de un diámetro de diez centímetros que llegan a cubrir las 70 hectáreas del llamado Embalse de Los Ángeles, ubicado en el barrio de Sylmar del Valle de San Fernando.

El proyecto cuyo monto asciende a US$34 millones, contempla tapar el lago con dos cubiertas flotantes.

BBC

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Balones negros de goma

Con un precio de US$0,36 por producto, este experimento ha costado alrededor de US$34 millones, el cual tiene como finalidad evitar la evaporación por año de 1,1 millones de metros cúbicos de agua.

Asimismo, “las regulaciones federales sobre la calidad de este líquido para el consumo disponible en los embalses al aire libre, estipulan que por los balones no habría ningún contaminante que pudiera entrar a las lagunas” señaló en una entrevista a BBC Mundo Richard Harasick, del Departamento de Agua y Electricidad de Los Ángeles (LADWP, por sus siglas en inglés).

Del mismo modo, el profesional explica que “lo más normal es utilizar cubiertas para preservar el agua, pero debido a la magnitud de este embalse aquella no era la opción más efectiva, por lo que decidimos apostar por este proyecto”.

Efecto que producen las pelotas de goma

Con los balones huecos se pretende evitar la evaporación de alrededor de 1,1 millones de metros cúbicos de agua. Asimismo, estas pelotas oscuras bloquean la luz solar, evitando así el surgimiento de algas.

Según el representante del LADWP, “además de mejorar la calidad del agua, estos artículos redondos ahorrarán millones de galones de líquido que de otra manera se evaporaría”.

Harasick sostiene que antes de cubrir este embalse, tal mecanismo se probó en una piscina y luego en otras tres lagunas de menor tamaño, obteniendo resultados positivos.

Cabe indicar que las bolas están hechas de polietileno de alta densidad, un material autorizado para entrar en contacto con el agua sin que presente ningún riesgo para la salud, ya que no desprende sustancias químicas. Con relación a su matiz, éste se debe a que al plástico se le agregó negro de carbón, un material de refuerzo que las protege de los efectos de los rayos solares, dándole una durabilidad de 10 años promedio.