El último sistema operativo de Microsoft usa internet para varias de sus funciones vitales, como cualquier otro sistema operativo moderno. Como parte de sus opciones, al momento de configurarlo por primera vez, los usuarios pueden desactivar funciones que interfieren con la privacidad del usuario.

Sin embargo, estos controles no protegen completamente al usuario, ya que aún así Windows 10 envía información que identifica al usuario a través de un número único hacia Microsoft en formas que no se puede desactivar, según descubrió el periodista de tecnología Peter Bright.

Según la compañía, este ” defecto” forma partes de su nueva estrategia para “entregar Windows 10 como un servicio”, para realizar actualizaciones permanentes al equipo.

Anteriormente, la empresa se presentaba como una alternativa más segura y respetuosa que sus rivales, Apple y Google, tras numerosos escándalos de violación de privacidad y seguridad de ambos, pero hoy la situación no parece ser muy distinta en Microsoft.

Los usuarios continuarán viendo cómo su privacidad se reduce cada vez que más funcionalidades de sus teléfonos y computadores comienzan a requerir que se comparta información sensible a través de Internet.