La irrupción del nuevo género masculino, más los cambios de la estética para ellos y el gran apogeo del mundo de la moda, han ocasionado cambios importantes en la forma de ser y pensar de los hombres actuales.

Paradigma que ha impulsado que un grupo importante de machos a diario se obsesione con su imagen, intentando estar siempre a la vanguardia en lo que a tendencias se refiere. Tal interés se une a la consciencia despertada en torno a temáticas de salud y belleza que hace un tiempo atrás eran propias de las chicas, pero que hoy se han expandido descaradamente al mundo masculino.

Ya hay un nombre para esta clase de nuevo varón: Vetrosexual, un espécimen urbano propio de este 2015, el cual llega a ocupar ese lugar que de a poco comenzó a ceder el alicaído metrosexual tan promovido en su minuto por David Beckham.

El concepto se hizo conocido tras un estudio realizado por la Universidad de Nottingham Trent en Inglaterra. Se trata de hombres de 25 a 34 años que habitan en las grandes metrópolis, súper consumidores de tendencias y dispuestos a gastar grandes cantidades de dinero en vestuario, fragancias y accesorios de lujo.

BBC.CO.UK

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Los descubrimientos publicados en el estudio denominado “The Vetrosexual – Fashion’s Most Important New Shopper”,  del profesor de Fashion Marketing Management de la Escuela de Arte y Diseño de la Universidad de Nottingham,  Daniel Easters, está basado en entrevistas a un grupo de hombres, donde destacan clientes de indumentaria masculina y vendedores de tiendas de la alta moda inglesa.

Tal investigación de consumo y comportamiento actual, arrojó que esta nueva clase de galán considera al vestuario como un factor imprescindible al momento de conquistar a una mujer. Asimismo, es una persona que disfruta salir de compras especialmente cuando hay rebajas. Del mismo modo, un gran número de vetrosexuales sigue viviendo con sus padres para así contar con más dinero para sus gastos personales, excentricidades y lujos.

Cabe mencionar que el concepto “vetrosexual” está basado en otros fenómenos masculinos como el metrosexual, meticuloso con su apariencia y cuidado del cuerpo;  y el retrosexual, que mantiene actitudes y costumbres más tradicionales que con el tiempo se han ido perdiendo.

Tal fusión de conductas pueden apreciarse en el estilo actual, ese que mezcla hábitos medidos al detalle con barbas prolijamente descuidadas y un culto a la vanidad tan propia del hombre contemporáneo; ese que se mira más de una vez al espejo por las mañanas, se aplica cremas, y se preocupa por combinar su ropa antes de salir a la calle.

El profesor de Fashion Marketing Management de la Universidad de Nottingham, supervisó tal investigación indicando en su ejemplar que: “Al investigar los hábitos actuales de los consumidores, rápidamente nos dimos cuenta que esta generación de hombres ya no encaja con el perfil retrogrado del metrosexual, por lo que, más que su rival es una especie de hijo, uno que lo imita de lejos pero que incorpora más vanidad y mucha más tecnología a su actuar cotidiano”.

Mismo plano en que Easters define a los vetrosexuales como personas que tienen “una mayor conciencia de sí mismos, de su salud y autoestima; seguridad que va en aumento cuando salen de compras, prueban nuevas fragancias y apuestan por looks versátiles y vanguardistas.

Asimismo en su ejemplar sostiene que estos chicos son mucho más inteligentes y conscientes de sí mismos y de lo que conlleva mantenerse en forma, por lo que, practican deportes a diario, se preocupan por mantener un cuerpo tonificado y son grandes adictos a la moda.

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Tal conducta va en aumento debido al auge que hoy tienen las redes sociales, sobretodo las aplicaciones de Instagram, Facebook y Twitter, más la popularización y poder que representa la ‘selfie” dentro de la vida periódica, destacó Easters en su publicación.

Del mismo modo, el investigador resalta que la percepción que tiene la sociedad actual en cuanto a lo que representa la masculinidad, ha cambiado. Pensamiento que genera que hoy más hombres en esta franja de edad se interesen por áreas que antes eran mal vistas, e incluso mal catalogadas por sus pares.

“El consumidor actual tiene un conjunto de fuerzas sociales, culturales y económicas que le dan forma a su comportamiento y, al igual que el metrosexual, este nuevo nicho masculino no quiere parecerse a sus antepasados, sobresaliendo en una sociedad en que la represión y las limitantes van de la mano del mal gusto”, agregó el profesor universitario.

Razón por la que las grandes firmas masculinas, ya sea de vestuario o de productos de belleza, a diario lanzan a la venta nuevas propuestas que captan la atención de un grupo adicto a la imagen. Interés que día a día aumenta por una industria que se adecúa a la demanda de estos galanes, respondiendo a los requerimientos e identificando el modo correcto de ubicarlos en el mercado, creando ambientes propicios en sus tiendas para fortalecer su negocio y hacer crecer sus ventas.

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Si bien es un fenómeno que ya tiene su apogeo en Europa, es muy probable que dentro de muy poco llegue a Latinoamérica y especialmente a nuestro país, generando grandes dividendos a las grandes marcas de vestuario que apuntan a hombres jóvenes, solteros y con un alto poder adquisitivo.