Unos 400 pobladores fueron evacuados por prevención el sábado ante el aumento de la actividad del volcán nevado Cotopaxi, a 45 km de Quito y uno de los de más riesgo del mundo, tras lo cual el gobierno impuso el estado de excepción para atender una eventual emergencia.

El presidente Rafael Correa confirmó en su programa de radio y TV que un “total de 400 personas” que viven en las riberas debieron ser trasladas por precaución.

Al mismo tiempo firmó ante las cámaras el decreto del estado de excepción nacional por hasta 60 días, que faculta al gobierno a movilizar militares y policías, liberar fondos y controlar la información relacionada exclusivamente con el evento natural.

De 5.897 metros de altura, el Cotopaxi registró varias explosiones el viernes y lanzó columnas de ceniza de hasta 8 km sobre el cráter, que obligaron a la activación del alerta amarilla, un grado intermedio de riesgo. La última erupción documentada se remonta a 1877.

El sábado muchos lugareños salieron apresuradamente en busca de refugio, alarmados por el temor a una avalancha tras informes del Instituto Geofísico (IG) que dieron cuenta de la expulsión de material incandescente (piroclástico) y el descenso moderado de agua con lodo desde el cráter.

“Vivo en la ribera del río Cutuchi, y salimos dejando apenas las puertas cerradas. Fue terrible, nunca habíamos sentido esto”, dijo a la AFP Fernanda Mejía, dueña de un restaurante en Lasso, una de las localidades evacuadas.

Las autoridades descartaron, tras un sobrevuelo, una “potencial amenaza” para la población en general, a causa de los flujos de material volcánico que, en el caso del Cotopaxi, pueden mezclarse con nieve y generar grandes avalanchas en dirección a los ríos que atraviesan zonas pobladas.

“No existe hasta el momento, de las zonas que se han inspeccionado, ninguna presencia de lahares ni una potencial amenaza en ese sentido”, señaló el ministro coordinador de Seguridad, César Navas, único funcionario autorizado para informar sobre la situación del volcán.

Los 400 pobladores que dejaron sus viviendas por prevención están refugiados en Santa Ana, una zona de la provincia de Pichincha, cuya capital es Quito, y vecina al volcán.

Cerca de un millón de personas viven en la zona de influencia del Cotopaxi, considerado por los científicos del IG como uno de los volcanes de mayor riesgo en el mundo, debido a su gran cono de nieves perpetuas y al alto número de pobladores que habita en los alrededores.

Sirenas y pánico

Pese a la evacuación dispuesta este sábado, las autoridades resolvieron mantener el nivel de alerta amarilla “como un estado de prevención”, comentó Navas.

Sin embargo, están suspendidas las operaciones del aeropuerto de Latacunga, que sirve de apoyo a la terminal internacional de Quito y que es empleado principalmente para el transporte de carga, señaló la Dirección General de Aviación Civil.

En la tarde muchos pobladores de Lasso que se habían refugiado en una escuela, alarmados por la radio y policías, regresaron a sus viviendas, observó un periodista de la AFP. “Estamos alistando algunas cosas para irnos cuando nos digan. Pero no nos sentimos preparados” para una emergencia mayor, comentó Fernanda Mejía.

El aumento de la actividad del Cotopaxi desató alarma no sólo en las riberas.

En Latacunga, vecina a Lasso y donde viven unas 170.000 personas, se oyó el ruido de sirenas de policía, tras lo cual la gente abandonó sus casas con mascotas y galones de agua en mano.

“Yo estaba manejando cerca del río Cutuchi y la policía sale con las sirenas, alertando y sacando de casa en casa a la gente. Las sirenas nos desesperan”, relató a la AFP Marta Campaña, de 54 años.

El Cotopaxi es uno de los volcanes más vigilados por los científicos. Además de ese macizo, en Ecuador hay otros siete volcanes activos.