Una investigación del University College London (Reino Unido) y la Universidad de Binghamton (Estados Unidos) ha revelado que las mujeres experimentan un mayor dolor inmediatamente después de una ruptura amorosa pero se recuperan antes que los hombres.

En el trabajo, cuyos resultados publica la revista ‘Evolutionary Behavioural Sciences’, se pretendían analizar las diferencias de género cuando se pone fin a una relación de pareja, y para ello realizaron cuestionarios por Internet a un total de 5.705 personas de distintos países.

Los participantes debían describir cómo les habían afectado emocionalmente alguna ruptura sufrida y qué tipo de respuestas físicas experimentaron. Asimismo, también debían clasificarlas en una escala del 1 (ninguna) al 10 (insoportable).

En general, tanto hombres como mujeres tenían una intensidad similar de emociones. Por ejemplo, entre las respuestas físicas el insomnio es el factor más intenso para ambos sexos. Y entre las respuestas emocionales, la ira.

Sin embargo, las mujeres reportaron una intensidad mayor que los hombres en casi todas las respuestas tras una ruptura. En lo que se refiere a las emocionales, dominaron las clasificaciones de ira, ansiedad, depresión, miedo e incapacidad para rendir en el trabajo y los estudios.

Más naúseas, falta de hambre o pérdida de peso

Y en cuanto a las respuestas físicas mostraron una mayor intensidad en caso de experimentar náuseas o desgana a la hora de comer, ataques de pánico, cambios de peso o una bajada de la respuesta inmunológica.

Por su parte, los hombres sólo mostraron una mayor intensidad en dos factores de la respuesta emocional: la pérdida general de concentración e insensibilidad emocional.

Sin embargo, lo llamativo fue que el estudio mostraba como los hombres tardaban más en recuperarse y seguían arrastrando la pérdida “durante meses o años” hasta que “seguían adelante” con otra pareja, ha reconocido en declaraciones a la BBC Craig Morris, autor del estudio.

Este experto cree que estas diferencias tienen una razón biológica, ya que en el caso de las mujeres se hace una “mayor inversión biológica” que les hace ser “más exigentes a la hora de elegir pareja” y, al perderla, duele más.

En cambio, los hombres han evolucionado para competir por la atención de las mujeres y por eso la pérdida de una pareja de calidad para un hombre no “duele” tanto al principio, pero luego inicia una fase más “autodestructiva” al entender que “debe volver a empezar a competir de nuevo para reemplazar lo que han perdido.