Los fuertes vientos del sudeste en el Río de la Plata, la “sudestada”, agravaban este jueves las inundaciones en Argentina, que causaron tres muertos, 6.000 evacuados y unos 10.000 afectados desde que comenzaron las lluvias hace una semana.

El servicio de Hidrografía Naval lanzó en la madrugada un alerta de crecida del Río de la Plata que por la mañana inundó la zona ribereña de Quilmes, en la poblada periferia sur de la capital.

Quilmes se ubica en la provincia de Buenos Aires (centro-este), la más golpeada por las inundaciones, que abarcan además el sur de la provincia de Santa Fe y Entre Ríos.

Vialidad Nacional informó que al menos tres rutas nacionales en el sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires permanecen bloqueadas por el desborde de los ríos, lo que deja varias zonas rurales incomunicadas en esta zona de llanura caracterizada por bañados.

El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, precisó este jueves que son 39 los distritos afectados.

El gobernador de Buenos Aires y candidato presidencial por el oficialismo, Daniel Scioli, regresó de urgencia de Italia para ponerse al frente de un comité de emergencia en medio de las críticas por un viaje que inició cuando vastas zonas de la provincia soportaban las lluvias iniciadas hace una semana.

“En la provincia de Buenos Aires tenemos algo menos de 2.000 evacuados, 4.000 autoevacuados y unos 10.000 afectados”, dijo Scioli en conferencia de prensa.

Scioli consideró que “la tendencia en la cuenca de los ríos es a la baja aunque depende de la intensidad de la sudestada”.

Sobre llovido, sudestada

La “sudestada” revirtió la tregua que dieron las lluvias el jueves y que había indicado un leve descenso del nivel de los ríos, ahora impedidos de escurrir rápidamente su caudal hacia el Río de la Plata por la corriente encontrada que provocan estos vientos fuertes.

El Servicio Meteorológico Nacional mantiene un alerta para la región centro-este del país, la más castigada por las inclemencias, y vaticinó que las lluvias continuarán al menos hasta el viernes.

En Quilmes el alcalde Francisco Gutiérrez consideró sin embargo que “lo peor ya pasó”.

“Tenemos 25 personas evacuadas, lo más grave se dio durante la noche y madrugada, el río está bajando en la medida que la sudestada lo permite”, dijo.

Salto, 200 km al noroeste de Buenos Aires, una rica zona agrícola, fue una de las más afectadas por el desborde de los ríos Luján, Areco y Arrecifes, todos afluentes del Río de la Plata que bañan la pampa húmeda, corazón agrícola ganadero del país.

“Tenemos 680 evacuados, unos 5 mil afectados, y mucha gente trabajando en los centros de evacuados”, dijo a Radio Mitre el alcalde Oscar Brasca.

En Arrecifes, 190 km al noroeste de la capital, unas 230 personas permanecen evacuadas, precisó el alcalde Daniel Bolinaga.

“Hoy (jueves) está lloviendo, pasamos el día mirando para arriba, mirando el cielo”, dijo el alcalde a Radio Vorterix.

En Luján, 70km al norte de Buenos Aires, el río homónimo, que alcanzó su pico de crecida el martes a 5,41 metros, registraba este jueves 4,44 metros, lo que esperanzaba a los casi 100.000 habitantes de esta ciudad cuyo casco histórico, punto turístico que alberga una centenaria basílica, permanecía inundado con unos 300 evacuados.

El gobierno federal dispuso el envío del Ejército para asistir en las zonas más golpeadas, donde sólo es posible llegar con vehículos especiales.

También se dispuso una batería de medidas de ayuda económica, como un aumento de las asignaciones sociales y la eximición de impuestos.