Nuestro rostro y manos son las zonas que más se ven afectadas por el frío, esto porque no siempre quedan del todo tapadas, sobre todo la cara, que es la más expuesta al ambiente. Y si a esto le sumamos que en invierno nos relajamos y no nos cuidamos el rostro como en otras épocas, el panorama no es el mejor, ya que le abrimos la puerta al envejecimiento prematuro.

Los cambios bruscos de temperatura al salir a la calle desde un lugar temperado o viceversa, el viento y la contaminación suponen una combinación de agentes externos que agreden nuestra piel y hace que se ponga roja, se inflame, se agriete y pierda elasticidad.

La exposición a las bajas temperaturas provoca que la capa superficial de la piel pierda agua (se deshidrate) y, en consecuencia, se escame y se debilite, quedando susceptible a infinidad de daños causados por otros agentes externos como la contaminación.

El frío seco resquebraja la piel, favoreciendo diversas enfermedades dermatológicas, lo que se nota en un tono más pálido de la piel. Además el daño puede ser tal que, de no existir una rutina de cuidados, podrían desarrollarse variadas dermatitis, lo que es más frecuente en pacientes con piel sensible.

Loretto Parra, directora de clínica VisualFace, asegura que la buena noticia es que todos estos daños que nos provoca el frío los podemos evitar de forma sencilla y sin gastar mucho dinero. Por esto recomienda usar productos de fácil acceso que todos tenemos en nuestro hogar, tome nota:

1. Crema hidratante

Idealmente con Vitamina A; el uso de cremas, tanto para la cara como para las manos, debe ser una obligación en esta época. De esta forma ayudarás a hidratar, nutrir y proteger la piel diariamente.

2. Humectantes o Protectores de Labios

Es necesario poner énfasis en las zonas más delicadas de nuestro rostro, como son los labios, para esto échate un humectante o protector de labios y evita que se resequen o agrieten.

3. Protector Solar

Aunque estemos en invierno y no veamos el sol, él está ahí, por lo tanto tras aplicar tu crema humectante échate en tu rostro un protector solar factor 30 o más.

4. Hidratación

Sabemos lo que cuesta en esta época tomar líquido, sin embargo no lo debemos olvidar, beber suficiente líquido o ingerir alimentos con altos niveles de agua, como las frutas y verduras, hidratará naturalmente nuestra piel.

5. Duchas a temperatura moderada

No usar agua muy caliente al momento de bañarnos, pues esto puede resecar aún más nuestra piel.

6. Evitar el exceso de calefacción

Lo ideal es que la temperatura de la calefacción se mantenga entre 18° y 20°. Esto protegerá nuestra piel de cambios bruscos de temperatura (sobre todo en pieles con rosácea).

7. Cuidado con el viento

Además del frío, el viento helado es un enemigo de nuestra piel. Para los días ventosos lo ideal es cubrir manos y cara con guantes y bufandas.