Una persona muerta y una veintena de heridos dejaron los choques entre policías y trabajadores mineros de Doe Run Perú, que iniciaron este martes una huelga indefinida en la ciudad de La Oroya, al noreste de Lima.

“Hay una grave consecuencia de una persona muerta y de 22 heridos, entre ellos cuatro personas graves (…) Según los médicos, la víctima fue llevada al hospital, procedente de los enfrentamientos entre policías y trabajadores”, dijo a la radio RPP el alcalde de La Oroya, Carlos Arredondo.

“Aparentemente, la víctima murió por herida de bala en el pecho”, informó a Canal N Martín Ordóñez, gerente de Salud de la región de Junín, donde se encuentra La Oroya.

Con bloqueos de carreteras, centenares de trabajadores iniciaron la huelga indefinida para pedir al gobierno que reduzca los requisitos ambientales que impiden a la empresa operar completamente y captar nuevos inversionistas.

Como consecuencia de las protestas, centenares de buses y vehículos de carga pesada se encuentran varados en la carretera Central, vía que conecta Lima con la selva central de Perú y que abastece de alimentos a la capital.

El alcalde Arredondo apeló al ministro del Interior para que colabore en el cese de la violencia y al presidente peruano, Ollanta Humala, para que instale en el plazo más breve una mesa de diálogo.

Doe Run Perú, propiedad del estadounidense grupo Renco y que funciona de forma independiente de la estadounidense Doe Run Resources Corporation, opera en La Oroya (Junín), en Los Andes centrales, un complejo metalúrgico con una refinería de metales que ha generado serios problemas de contaminación ambiental a la ciudad y sus habitantes.

La compañía, productora de cobre, plomo, zinc y otros metales, paralizó su actividad en junio de 2009 por incumplir el proceso de reestructuración y el Programa de Adecuación y Manejo Ambiental.

La empresa tuvo problemas por deudas después de que un grupo de bancos cortara sus líneas de crédito tras una crisis financiera que la puso a la compañía al borde de la quiebra.

En julio de 2012, un sector del complejo metalúrgico reinició sus operaciones tras estar tres años cerrado. Actualmente, Doe Run Perú avanza en un proceso de venta internacional de activos.

La ciudad de La Oroya, de 30.000 habitantes, vive de la minería desde hace más de 100 años, y es considerada una de las urbes más contaminadas del mundo por los gases resultantes del refinado del metal.