Unos piratas informáticos lograron, igual que la banda de George Clooney en “Ocean’s eleven”, abrir una caja fuerte y engañar a las cámaras de seguridad el sábado en Las Vegas (oeste de Estados Unidos).

Eric Van Albert y Zach Banks, dos investigadores informáticos, hicieron en la vida real lo que Hollywood ha conseguido hacer en la pantalla varias veces: desviaron el flujo de las imágenes de vídeo de las cámaras de seguridad para insertar en su lugar sus propias imágenes y así engañar a los vigilantes, haciéndoles creer que todo era normal. En las películas, es en ese momento cuando los ladrones aprovechan para hacerse con el botín y escapar.

“Pusimos nuestro dispositivo en marcha siendo lo más fieles posible a lo que hacen en los filmes”, declaró Eric Van Albert, en Def Con, una de las congregaciones más prestigiosas de hackers que se celebra actualmente en Las Vegas.

“Queríamos ver hasta qué punto el ataque era factible”, añadió.

Los informáticos gastaron 500 dólares en fabricar una herramienta que permitiera penetrar el cable que une las cámaras con las televisiones de los vigilantes, y el flujo de imágenes pasó entonces a un programa informático que emite imágenes inofensivas.

Lo más difícil, además del hecho de que en la vida real las cajas fuertes no están solamente protegidas por cámaras, sino por otros mecanismos, fue acceder al cable.

Estos investigadores podrían asociarse con otros dos técnicos: Daniel Petro y Oscar Salazar, de Bishop Fox, una empresa de seguridad informática, que consiguieron abrir una caja fuerte con una llave USB.

La caja en cuestión no era una caja de metal simple, sino que estaba equipada para contar los billetes y acreditar las cuentas de los depositarios por internet. 

Los dos hombres dijeron que habían elegido la llave USB porque les permitía usar un ordenador más poderoso para abrir la caja si bien, como indicó Daniel Petro, luego hace falta acceder físicamente a la caja para retirar el dinero.

Para evitar un guión estilo Hollywood, los dos hombres advirtieron de esta vulnerabilidad a la compañía que fabrica dichas cajas fuertes, que encontró un mecanismo de reparación.