Al menos 21 personas murieron en un atentado de los talibanes en el norte de Afganistán, donde la nueva dirigencia rebelde parece querer demostrar su determinación de proseguir la yihad iniciada por el difunto mulá Omar.

Según el ministerio afgano del Interior, las 21 víctimas del ataque ocurrido el sábado por la noche en el distrito de Janabad (provincia de Kunduz) son todas civiles.

Sin embargo, las autoridades locales dijeron que se trata en realidad de milicianos antitalibanes.

Los talibanes reivindicaron el ataque, ocurrido tras los tres atentados perpetrados el viernes en Kabul, y en los que murieron al menos 51 personas y resultaron heridas más de 200.

Dos de esos ataques fueron reivindicados por los talibanes, cuya insurrección, lanzada tras su derrocamiento a fines de 2001, afecta a casi todo el país.

Los atentados del viernes fueron los primeros de envergadura desde que se anunció el nombramiento del mulá Ajtar Mansur como sucesor del mulá Omar, líder histórico de los talibanes afganos fallecido dos años atrás y cuya muerte se anunció a finales de julio.

Las circunstancias del atentado en Kunduz siguen siendo oscuras por el momento.

Según el ministerio del Interior, los “21 civiles” fallecieron en un atentado suicida. Las autoridades locales dijeron que quienes murieron eran más bien “milicianos” antitalibanes, víctimas de una bomba casera. Lo único seguro es que los talibanes se atribuyeron el atentado.

Fuertes combates en Kunduz

La provincia de Kunduz, una región muy importante en los intercambios comerciales con el cercano Tayikistán, se ha convertido en los últimos meses en escenario de intensos combates entre por un lado los talibanes y del otro el ejército y milicias progobierno.

Los talibanes llegaron a entrar en la periferia de la ciudad de Kunduz, antes de ser expulsados, lo que demuestra las dificultades de las fuerzas afganas para defender el país tras la retirada de las tropas de combate de la OTAN a fines del año pasado.

Con esta cascada de atentados, la nueva dirigencia de los talibanes estaría tratando de demostrar que está decidida a continuar el combate contra las fuerzas locales y sus aliados de la OTAN, según analistas afganos consultados por la AFP.

Así, para Abdul Hadi Jaled, un experto afgano en temas de seguridad, “se trata de una demostración de fuerza”.

El mulá Mansur está lejos de contar con un apoyo unánime en sus propias filas.

Algunos de los talibanes lo acusan de haber sido nombrado al término de un proceso sucesorio expeditivo, y de haber encubierto durante dos años el fallecimiento del mulá Omar, ocurrido en abril de 2013 en Pakistán según los servicios secretos afganos.

El anuncio de la muerte del mulá Omar, unido a la crisis interna entre los talibanes, obligó a postergar las conversaciones de paz iniciadas con el gobierno afgano hace un mes en Pakistán, bajo patrocinio de China y Estados Unidos.