Los locales de votación abrieron este domingo en Haití para la primera vuelta de las elecciones legislativas, en la primera votación desde la llegada al poder del presidente Michel Martelly en mayo de 2011.

Tras casi cuatro años de retraso debido a sucesivas postergaciones por fuertes disputas entre el Poder Ejecutivo y la oposición, los 5,8 millones de electores deben elegir nuevos diputados y renovar dos tercios del Senado.

Un total de 1.855 candidatos aspiran a 139 escaños parlamentarios, en una elección que se realiza en medio de una ola de violencia que empañó la campaña política en el país más pobre del continente americano.

Algunos de los escaños de diputados, sobre todo en Puerto Príncipe, la capital, serán disputadas entre una treintena de candidatos.

Pero la violencia entre militantes de distintas facciones ha ensombrecido la imagen de un país que intenta retomar el orden constitucional.

La Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH) observó que “a medida que se acercaba la fecha de la consulta, los enfrentamientos verbales se convirtieron en ataques físicos, asesinatos, riñas callejeras”.

En su informe, publicado el miércoles, esta ONG habla de un “clima de terror” al dar cuenta del saldo de los tres meses de campaña electoral: “Nueve enfrentamientos armados, cinco asesinatos, dos intentos de asesinato, siete heridos de bala, dos heridos de arma blanca, 17 heridos por lanzamiento de piedras y diez casos de enfrentamientos a palazos”.

Esta violencia, habitual en el país en tiempos electorales, obstaculiza la participación de los ciudadanos, para quienes, además, las legislativas no representan mayor interés.

“Ya lo sabemos: el nivel de participación, sobre todo cuando se trata de elecciones legislativas, es muy bajo”, admitió José Enrique Castillo Barrantes, jefe de la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA).

“Tenemos cierta esperanza de que el nivel aumente en algo. Esperamos llegar al menos al 20%”, agregó.