En un sistema en que los comportamientos sociales van en alza y de una u otra forma todos se encasillan con alguna corriente pasajera que los identifique, aparecen segmentos urbanos que irrumpen en la ciudad con costumbres y modos de vida que no dejan a nadie indiferente.

Si bien en su momento fueron los sapiosexuales, metrosexuales, twee o la cultura hispter la que predominó en una juventud sedienta de identidad, hoy son los ecosexuales con su cultura verde y su fuerte amor por el medio ambiente, los que sobresalen en un universo plagado de estilos artificiales carentes de sentido y dirección.

El ecosexual es un nicho metropolitano que se caracteriza por su fuerte preocupación por la contaminación urbana y se opone rotundamente a todo lo artificial por sobre lo natural. Por eso, a la hora de tener una relación de pareja se convierten en defensores acérrimos de la comida carente de pesticidas, los hogares sustentables y el vestuario falto de productos tóxicos.

“Antes que la belleza física y el culto al cuerpo promovido por los medios de comunicación y las grandes cadenas de gimnasios, este nuevo espécimen centrado en las grandes ciudades se enfoca en personas que ven al medioambiente como su más grande inspiración de vida, por eso se alimentan de comidas orgánicas, se interesan por el cambio climático y el mal uso que se le da al agua, y prefieren utilizar el transporte público para economizar energía y descontaminar la metrópolis”, sostuvo Paulina Valenzuela, psicóloga social especialista en evaluación y diagnóstico.

¿Pero se puede ejercer la conciencia ambiental desde el sexo? De acuerdo a lo que piensan los ecosexuales, es totalmente efectivo. Estos individuos suelen vivir en contextos metropolitanos, y al mostrarse cansados de los distintos tipos de vicios tóxicos cotidianos, se esfuerzan por “reverdecer” los diferentes aspectos de su vida, incluso las relaciones amorosas.

Por esto, nunca se enamorarán de alguien que no comparta sus hábitos ambientalistas ni su manera de vivir la vida. Y aunque a veces el amor de pareja es algo incontrolable, la tendencia consiste en buscar una persona que sea consciente del cuidado del ecosistema. Por eso, la ecosexualidad está directamente relacionada con comportamientos propios de veganos y vegetarianos.

Si tienes un claro interés por la preservación de los recursos naturales, estás en contra los alimentos transgénicos industrializados, te preocupas por el ahorro energético y trasladas todo lo anterior al plano amoroso; claramente eres ecosexual.

Flickr/Trenten Kelley

Flickr/Trenten Kelley

“Por dichas razones, los ecosexuales apagan la luz para hacer el amor, y si la dejan prendida, eligen ampolletas de bajo consumo energético. Del mismo modo, prefieren tener sexo fuera de la ducha y así no desperdiciar más agua de la que se ocupa en un baño diario; no usan calefacción que contamine el medio ambiente y son capaces de tener su propio huerto orgánico para eliminar de su dieta el consumo de comida adulterada”, afirmó la profesional.

Para mantenerse saludables, prefieren hacer ejercicio en plazas o parques y así respirar aire puro, a diario andan en bicicleta y no está dentro de sus planes ahorrar para comprarse un auto. Tal determinación radica en que son conscientes que este medio de transporte sólo sirve para contaminar.

Para saber si eres un verdadero ecosexual, el portal de noticias femenino Belelú hizo un listado de características que identifican a este nuevo prototipo de personas que va en alza.

- Te enamoraste de alguien cuando te diste cuenta de que al igual que tú, tenía una profunda conciencia ambiental.
- Te has decepcionado de alguien cuando descubriste que no tenía una gran consciencia ambiental.
- Esperas que tu pareja sea vegetariana igual que tú.

Flickr/Eleazar

Flickr/Eleazar

Características que se unen a los siguientes hábitos:

- Se bañan en pareja para ahorrar agua.

- Las chicas utilizan lencería erótica de fibras naturales. Asimismo, para su cama prefieren el uso de sábanas de fibra de bambú, algodón orgánico o lino natural.

- Optan por cremas orgánicas como el aceite de oliva o mantequilla casera, por sobre las lociones a base de petróleo con aromas y sabores artificiales.

- Se oponen al uso de condones de látex, pues la mayoría no son biodegradables. Por esto, fomentan el uso de preservativos de tripa de corderos que cuidan el entorno.

-No usan juguetes eróticos que contengan plásticos en base a productos químicos peligrosos. Recomiendan el uso de consoladores de vidrio, metal o con plásticos duros libres de los peligrosos “ftalatos”.

-Como afrodisíaco, consumen vino producido en forma biodinámica y sin aditivos, o utilizan las hierbas ginseng o la raíz de kava kava.