Trabajadores portuarios de Antofagasta evalúan interponer un recurso de protección contra el Estado por la contaminación por cromo de 17 empleados de la Empresa Antofagasta Terminal Internacional, ligada al grupo Luksic. La Seremi de Salud instruyó a la empresa que realice contramuestras de los exámenes a sus trabajadores para comprobar o descartar la contaminación por metales.

17 son los trabajadores de la empresa ATI, ligada al grupo Luksic, que arrojaron altos niveles de cromo en su sangre, según un informe que la propia empresa hizo llegar a la Seremi de Salud.

Situación que tiene preocupados a los 148 trabajadores portuarios, representados por el sindicato de Eventuales Independientes del Puerto de Antofagasta. Su vocero, Antonio Ortiz, acusa que la totalidad de los trabajadores del puerto no han sido sometidos a los exámenes correspondientes y por ende, no se les ha garantizado el derecho a la salud, por lo que no descartan interponer un recurso de protección en contra del Estado.

La seremi de Salud de Antofagasta ha detectado, desde el año pasado, una serie de incumplimientos por parte de ATI, cursando dos sumarios a la empresa, con sus respectivas multas.

En esta oportunidad la seremi de Salud, Lila Vergara, instruyó a ATI a realizar una contramuestra de los exámenes para confirmar o descartar que los 17 trabajadores contengan altos niveles de cromo en su sangre.

Desde la empresa ATI informaron que en el terminal no hay faenas que contengan cromo, pero que se encuentran haciendo un seguimiento de los casos, los que en mayor medida corresponden a personal administrativo al interior del puerto.

Una versión que fue puesta en duda por el presidente del Colegio Médico regional, Aliro Bolados, quien ha denunciado permanente la contaminación en la región. El cromo -rebatió- está presente en el puerto y su presencia en el puerto provoca distintos tipos de cáncer.

La Superintendencia del Medio Ambiente decretó a principios de año el cierre del galpón por considerarlo como una fuente contaminante, pero volvió a otorgarle permiso para su funcionamiento a los pocos días.

Esto, luego de que se conociera que un centenar de niños de un jardín infantil cercano al puerto presentaban altos niveles de plomo y arsénico en su sangre.