La caída del gobierno del socialista Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973 corresponde a un hecho histórico que no puede dejar de analizarse fuera del contexto de la Guerra Fría que Rusia, entonces la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, mantenía con Estados Unidos por el control económico y político del planeta.

Ese prisma permite comprender la relación que la Central Intelligence Agency (CIA) mantuvo con Manuel Contreras, el fallecido general del Ejército chileno que cursó un posgrado de Oficial de Estado Mayor en el Fort Benning en 1967.

Contreras lideró una “guerra contra el marxismo” para eliminar a los opositores del régimen de Augusto Pinochet y terminó cumpliendo condenas por más de 500 años de Cárcel por crímenes de lesa humanidad.

Un informe entregado al Congreso de Estados Unidos en septiembre de 2000, reveló que el autor intelectual del asesinato en 1976 del ex canciller chileno Orlando Letelier en Washington, era un informante pagado por la central.

El reporte del 18 de septiembre de 2000, fecha en que Chile festeja el inicio de su independencia, fue elaborado por la CIA a pedido del Congreso norteamericano. El texto establece que la agencia inició sus contactos con Contreras en 1974, cuando el militar comenzaba a dar forma concreta a la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), el organismo que operó hasta 1977 como brazo represor de la dictadura de Augusto Pinochet.

La organización independiente National Security Archive sostiene que el informe “actividades de la CIA en Chile”, reveló por primera vez que el jefe de la temida policía secreta chilena, fue un agente pagado y que los contactos de la CIA continuaron con él mucho después de que envió a sus subordinados a Washington para asesinar a Letelier y a su asistente estadounidense de 25 años de edad, Ronni Karpen Moffitt.

En el informe que National Security Archive mantiene en su sitio web y que también se puede leer desde la página de la agencia en una versión digital, se explicita que en mayo y junio de 1975, con Gerald Ford en la presidencia, tras la renuncia de Richard Nixon, “elementos de la CIA recomendaron establecer una relación pagada con Contreras para obtener servicios de inteligencia basados en su singular posición y acceso a Pinochet”.

“Esta propuesta fue negada, citando la política del gobierno de EE.UU. sobre relaciones clandestinas con la cabeza de un servicio de inteligencia notorio por sus abusos a los derechos humanos. Sin embargo, debido a un error de horario en el intercambio de estas comunicaciones, un pago de una sola vez fue dado a Contreras”, se agrega.

La relación de la CIA con Contreras no fue cordial, especialmente por papel del general (r) en abusos a los Derechos Humanos que se conocieron en la época. En diciembre de 1974, la CIA concluyó que Contreras no iba a mejorar su desempeño en la materia.
Sin embargo, la labor que jugó en el primer trimestre de 1975 en la obtención de la liberación de algunos miembros de la Democracia Cristiana (DC) que habían sido detenidos por otro servicio de seguridad de Chile “ofreció pequeña esperanza de que él utilizaría su influencia para poner fin a los abusos”, dice el informe.

En retrospectiva, se entiende que el papel del militar en este esfuerzo probablemente refleja la rivalidad entre servicios y los esfuerzos personales de Contreras “para controlar todo el aparato de inteligencia chileno”.

Al desaparecer la DINA, el 03 de noviembre de 1977, Contreras fue derivado a otras funciones no relacionadas con inteligencia y la CIA cortó todo contacto con él.