Alzain Tareq no es más que una niña de 10 años de Baréin, pero este viernes fue el centro de atención de la prensa internacional en los Mundiales de Natación de Kazán, Rusia, después de nadar junto a las estrellas de la piscina.

Ella era la atracción. Este viernes por la mañana, en la ciudad rusa, la pequeña escolar pasó más de una hora en la zona mixta, donde los periodistas entrevistan a los nadadores.

Alegre, sonriente y nada impresionada, Alzain Tareq respondió a las preguntas de una centena de periodistas que rodeaban a la nadadora más joven en la historia de los Campeonatos del Mundo. Hito permitido por la falta de límite de edad para participar en unos Mundiales de natación.

“Estoy feliz, me siento feliz. Fue realmente genial”, dijo la pequeña nadadora, que se ganó a los periodistas con su encanto.

Alzain Tareq, que compitió en los 50 m mariposa, evidentemente no nadó con los mejores del mundo. Las clasificaciones se organizan en series, establecidas en función de los cronos de referencia de los nadadores.

La bareiní, que tenía el peor tiempo de las participantes (41.12 segundos), nadó en la primera serie. Las estrellas entraban en la séptima serie.

Una foto con su ídolo

Aunque tuvo buen comienzo, su falta de potencia ante rivales que la sacan 6 y 10 años hizo que quedara última, con un tiempo de 41.13 segundos, a pesar del animoso público que la apoyaba.

Alzain terminó última de todas las series, a 16 segundos de su ídolo, la sueca Sarah Sjostrom, que hizo el mejor tiempo con 25.43 segundos. Sjostrom tenía 15 años cuando fue campeona del mundo por primera vez, en 2009, en los 100 m mariposa.

“Me encontré con Sarah (Sjostrom), hablé con ella y la pedí si podíamos hacernos una foto juntas, después me dijo: “buena suerte”, contó Alzain, en un perfecto inglés.

Sjostrom tiene el récord mundial de la prueba (24.43). La joven de Baréin piensa que algún día lo podrá batir. “Es imposible batir el récord ahora, pero lo podré hacer cuando tenga más años, 15 o 16″.

La estrella de estos Mundiales, la estadounidense Katie Ledecky, de 18 años, batió su primer récord del mundo a los 16 años.

Los Juegos Olímpicos, un sueño imposible

Alzain Tareq, acompañada por su padre en Kazán, se entrena cinco días por semana, entre una o dos veces al día.

“Voy a la escuela desde las 07:00 a las 14:00 horas, después descanso una hora y voy a casa y estudio”.

“Soy la nadadora más rápida de mi país”, dijo la deportista que vino a Kazán para adquirir experiencia y aprender de las más grandes. “Quiero aprender su técnicas y como nadan”.

La pequeña sueña con los Juegos Olímpicos. Estos son el año próximo en Río y como los Campeonatos Mundiales no tienen límite de edad, aunque sí tiene un sistema de clasificación, que la joven no podrá alcanzar.

AFP

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