Nacido en sus filas, donde es considerado uno de sus últimos ídolos, Marcelo Gallardo guió a River Plate de Argentina en la conquista de la Copa Libertadores de América 2015, y es el principal responsable de haberle devuelto al ‘millonario’ el brillo que caracterizó su rica historia.

El ‘Muñeco’ asumió las riendas de River en junio de 2014 tras la ida de Ramón Díaz, el DT más ganador de la historia riverplatense, y propició una revolución en lo futbolístico que dio sus primeros frutos en diciembre pasado cuando ganó la Copa Sudamericana, el primer título internacional para el club tras 17 años de sequía.

Dos meses después, River conquistó la Recopa Sudamericana al vencer a su coterráneo San Lorenzo, que llegaba a la disputa de ese trofeo como campeón de la Libertadores 2014.

Antes de dirigir a River había sido DT de Nacional de Montevideo, con el que se consagró campeón uruguayo en 2012.

- Roquero -

Amante del rock and roll argentino de Soda Stéreo, Andrés Calamaro, La Bersuit y los Redonditos del Indio Solari, ‘el Muñeco’ colaboró en devolverle a River la gloria oscurecida cuando en 2011 se fue al descenso.

Es lector de novelas, pero se fascinó con una biografía de Pep Guardiola, el exitoso ex DT del FC Barcelona. Sostiene Gallardo que “es chabacano y superficial” decir a los jugadores frases como “vamos a poner huevos (garra)”.

“Creo en decirles que salimos a la cancha a defender algo y a sentirnos bien con nosotros mismos”, reflexiona.

Nacido hace 39 años en un barrio de trabajadores de Merlo, en la superpoblada periferia de Buenos Aires, desafió al machismo al incorporar a una especialista en neurociencia, Sandra Rossi.

“Hay un montón de pequeños mundos que resolver en las cabezas de los jugadores. Aquellos que piensan mejor y más rápido, hacen la diferencia”, afirma.

Siempre fue algo rebelde y se le suele “soltar la cadena” de la bicicleta (perder el control), según la metáfora de Diego Maradona. Lo echaron en Monterrey en la primera final (0-0) y en el Monumental ni siquiera pudo dar instrucciones por radio o celular.

Como jugador ya era un “fanático gallina”, sobrenombre que los de la banda terminaron asumiendo tanto como los de Boca el de “bosteros”. Ganó seis campeonatos argentinos, una Libertadores (1996) y una Supercopa Sudamericana (1997).

El éxtasis lo logró como DT al eliminar dos veces consecutivas al rival de todos los tiempos, en ese clásico que hay que ver antes de morir. La primera fue en semifinales de la Sudamericana-2014 (0-0 y 1-0).

- Estudioso -

La segunda victoria sobre Boca tuvo sabor amargo en octavos de la Libertadores-2015. River ganó la ida de local 1-0. Pero en La Bombonera de los ‘xeneizes’ al salir al segundo tiempo con el marcador en cero, los riverplatenses fueron atacados con un gas tóxico casero en la manga.

Escándalo, suspensión y el pase a cuartos de final firmado por la Conmebol.

De su paso por Francia le quedó un placer por la música francesa. Con la camiseta del AS Mónaco ganó la Liga y la Supercopa.

También jugó para el Paris Saint-Germain, DC United de Estados Unidos y Nacional de Uruguay, con el que ganó un torneo como futbolista y otro como DT.

“El cuerpo se cansa, pero la mente no tiene que cansarse. Cuando el físico no responde, la diferencia se hace con la cabeza”, afirma el entrenador que prefiere correrse de los laureles porque en su opinión “al margen de tomar decisiones, los jugadores son los verdaderos protagonistas, adentro de la cancha se decide y se define todo”.