No existe un alimento de mejor calidad -para los bebés- que la leche materna. Fomenta el apego madre-hijo y contiene múltiples propiedades que contribuyen con el correcto desarrollo y crecimiento de los niños.

Está demostrado que la mejor manera de que los niños menores de 2 años estén saludables y bien alimentados es mediante la leche materna. Aunque en Chile existe conciencia de sus beneficios, muchas mujeres terminan dando relleno porque no lograron que sus hijos amamantaran correctamente. Si bien el acto de dar pecho es natural e intrínseco al ser humano, no está exento de complejidades.

Sandra Vignes, Enfermera Matrona Coordinadora de Maternidad Clínica San Carlos de Apoquindo Red de Salud UC CHRISTUS, comenta que existen muchos mitos en torno a dar pecho. Uno de ellos es la creencia de que algunas mujeres tienen “buena” o “mala” leche. En este sentido, la profesional de Red de Salud UC CHRISTUS es enfática en señalar que aquello no es así.

“La composición de la leche va cambiando de acuerdo a las necesidades del recién nacido, lo que va variando en relación a sus horas y días de vida. Tanto la cantidad de grasa, nutrientes, entre otros elementos, son dinámicos y van cambiando de acuerdo al peso y edad del bebé, entre otros factores”, explica.

Sandra Vignes asevera que la estimulación se produce sólo con el hecho de amamantar y esta estimulación va de la mano con la producción de leche. “Cada mamá tiene la producción adecuada para su guagua, tanto en calidad como en cantidad. El éxito de ello dependerá de la tranquilidad en que se lleve a cabo, de la actitud de la madre y del ambiente o espacio en que se realice. Es importante que la madre esté siempre con su guagua y se la pueda poner al pecho cada vez que su bebé se lo pida”, aconseja.

Aunque cada caso es diferente, existen ciertas técnicas que favorecen el amamantamiento tanto en el embarazo como en el post parto:

Embarazo:

Dejar los miedos atrás: muchas mujeres enfrentan el periodo de lactancia con muchos temores porque la sociedad no promueve la lactancia materna o por ideas sin fundamentos, como por ejemplo, creer que es un problema que se hereda (si mi madre no me pudo dar pecho, yo tampoco podré).

Prepararse y educarse: Cuando la mujer cuenta con buena información y sabe a lo que va, obviamente estará más preparada y tendrá mayores probabilidades de éxito. En este punto, ojalá pueda involucrar a su pareja.

Es importante saber que este proceso no es fácil: tanto la madre como el bebé requerirán aprender la técnica para un buen amamantamiento. Para ello es aconsejable asistir a talleres para conocer técnicas y consejos útiles.

Cuando nace el bebé:

Solicitar que le pongan el bebé en el pecho en cuanto nazca, incluso antes del corte del cordón umbilical.

El ideal es que el recién nacido tome calostro -líquido que segrega la mama antes de la leche- de inmediato (el calostro aporta inmunidad, vitaminas y minerales, entre otros).

Durante la estadía en el hospital o clínica, lo recomendable es que la madre esté todo el tiempo con su hijo.

Evitar los “rellenos”, ya que se arriesga a afectar la continuidad de la lactancia materna.

Ser perseverante y evitar caer en la desesperación si es que el bebé no succiona inmediatamente.

Buscar la posición más cómoda para la madre y el bebé, la que varía en cada caso ya que no necesariamente es la que aconsejan las amigas o la abuela.