La Confederación de Sindicatos de Trabajadores Bancarios y Afines (CSTEBA) a través de una declaración pública se refirió al caso del trabajador de Servipag que fue quemado vivo por delincuentes en la comuna de Hualpén.

Ante ello sostuvieron estar indignados con el brutal ataque que mantiene en riesgo vital al cajero Pablo Ramírez, internado en Santiago, mientras que además apuntaron a responsabilidad adicionales que no pueden pasar por alto ante este tipo de casos.

“Hace poco tiempo denunciamos ante el OS-10 y la opinión pública las pésimas condiciones, la falta de seguridad y el encierro en casetas de metraje mínimo, fáciles de atacar de Servipag al interior de supermercados. Esas condiciones inhumanas de trabajo ponen en peligro a los funcionarios que laboran en ellas y facilita el accionar de los delincuentes”, se indica en el escrito.

En la instancia agregaron además que “tras la ola de asaltos a cajeros automáticos las autoridades se han preocupado de aumentar la seguridad en estas máquinas pero no han tenido la misma preocupación cuando se trata de los cajeros que son personas. Vemos con estupor que la seguridad del dinero y las cosas parece estar sobre la vida humana de las personas”.

Las trabajadores denuncian que se ha desarrollado un sector financiero desregulado donde no se respetarían las obligaciones de seguridad con un estándar similar al que tienen que cumplir los bancos. A partir de ello es que piden que se exijan medidas de seguridad, tanto en la infraestructura como en la vigilancia.

Para finalizar, la Confederación de Sindicatos de Trabajadores Bancarios y Afines exigió a la empresa Servipag hacerse cargo de todos los gastos no cubiertos de atención médica del trabajador afectado, de rehabilitación y costos asociados a su recuperación.