El desempleo ha seguido subiendo en el país, alcanzando una tasa de 6,6% en el trimestre marzo-mayo, su nivel más alto desde julio-septiembre del año pasado, según las últimas cifras entregadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

En este contexto, es muy probable que entre los colaboradores aparezcan temores en torno a la estabilidad laboral y se dé una mayor desmotivación, con la consecuente menor productividad, lo que afecta directamente los entornos de trabajo. Así, el denominado presentismo puede transformarse en un dolor de cabeza para las empresas.

Según explican desde Sodexo Servicios de Beneficios e Incentivos, empresa líder calidad de vida, el presentismo laboral o “síndrome de la silla caliente” ocurre generalmente tras procesos de desmotivación e incertidumbre, en individuos con hábitos de vida poco saludables o con inadecuadas herramientas y/o apoyo para resolver tempranamente sus conflictos.

En definitiva, corresponde al fenómeno que se da cuando los empleados de una compañía están presentes en sus puestos de trabajo durante las horas pactadas, pero con un nivel de productividad bajo, muchas veces acompañado de quejas por un exceso de carga laboral e incluso con la aparición de problemas de salud. Un claro ejemplo es cuando los trabajadores extienden de forma innecesaria sus jornadas laborales.

“Este suceso no es beneficioso para las organizaciones, porque muchas veces éstas deben incurrir en mayores gastos al tener tareas o trabajos no desarrollados de manera correcta, sin poder darse cuenta a tiempo, ya que el trabajador está ahí. Así, es fundamental que las empresas desarrollen políticas que fomenten la vida sana en las organizaciones. Un individuo sano es capaz de concentrarse mejor y rendir más, y así se evitan este tipo de complicaciones”, afirma Rinat Ratner, asesora del Programa “Vivir Bien” de Sodexo B&I.

Eficiencia vs permanencia

Algunas recomendaciones para enfrentar esta situación son:

- Es importante reconocer y diagnosticar el problema dentro de las organizaciones. Además, los los líderes deben fomentar una cultura en la que se entienda que trabajar más horas y más duro no necesariamente se traduce en una mayor productividad.

- En periodos de desaceleración, es importante también que las organizaciones expliciten claramente la situación en la que se encuentran, lo que permite aminorar el clima de incertidumbre y contar con un plan claro de contingencia, prioridades, foco, roles y responsabilidades.

- Es primordial que la empresa, por un lado, apoye a los colaboradores con una mirada preventiva, para que sus problemas no se tornen en algo que no puedan resolver por sus propios medios y, por otro, para que sientan la tranquilidad de que pueden recurrir a expertos en el momento más adecuado. Un ejemplo de esto es nuestro Programa de Asistencia a los Empleados, Asistencia Pass, el cual brinda apoyo telefónico y presencial psicológico, financiero y legal, para que el trabajador resuelva su problema en cuanto se presente y pueda estar concentrado en sus labores.

- Evitar generar ambientes hostiles, rígidos, orientados a la tarea y no al resultado, así como los climas laborales restrictivos y autoritarios, donde se esté más orientado a conservar el empleo más que a la creatividad e innovación.

- No olvidar evaluar constantemente los resultados de los colaboradores, pero ojalá en términos individuales más que generales. Muchas veces en estas situaciones los compañeros de trabajo de los “presentistas” son quienes se llevan la carga de trabajo extra de éstos.

- Por otro lado, es importante la gestión de la motivación en los empleados. En este contexto, se deben implementar acciones que los motiven y aumenten su rendimiento, como medidas de conciliación que fomentan la realización de las tareas y el disfrute del tiempo restante.

- En este contexto, se pueden desarrollar e incentivar actividades sociales, deportivas y recreativas que tengan por objetivo potenciar un mayor balance entre el ámbito laboral y la vida fuera de éste.